Los países en desarrollo intentan desde hoy poner freno al rápido envejecimiento de la población

Este es el reto que se han planteado en la II Asamblea Mundial del Envejecimiento que comienza en Madrid
Por EROSKI Consumer 8 de abril de 2002

«Romper el círculo vicioso de la pobreza de los mayores para convertirlo en el círculo virtuoso del desarrollo humano». Así describió ayer el venezolano Milos Alcalay, representante de los 133 países en desarrollo reunidos en el llamado Grupo 77 y China, el enorme reto de la II Asamblea Mundial del Envejecimiento que comienza hoy en Madrid. Las estadísticas y previsiones no mienten sobre la magnitud del problema, que dibuja ya perfiles de auténtica «bomba social» de relojería.

La vertiginosa transformación demográfica desde la I Asamblea de hace 20 años en Viena ha desbordado las fronteras del mundo rico para atravesar -a ritmo mucho más acelerado- las de los países en desarrollo, que, como subrayó el secretario general adjunto de la ONU, Nitin Desai, tendrán «menos tiempo y un nivel de ingresos menor para adaptarse».

Los actuales 600 millones de mayores de 60 años se triplicarán sobradamente para 2050, hasta sumar 2.000 millones y superar por primera vez al número de menores de 15 años. Y si tal envejecimiento poblacional lleva tiempo causando quebraderos de cabeza a los países ricos, que disponen de recursos para aliviar los potenciales efectos sobre sus sistemas de pensiones y servicios sociosanitarios, qué no será en el mundo pobre, virtualmente abocado al vértigo de cuadrar el círculo del desarrollo económico y la atención a sus mayores.

El propio Desai, responsable de Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales, enmarcó con claridad el reto: «El problema no es vivir más tiempo, que es un logro, sino que la sociedad no se esté adaptando a este logro». Y dibujó el retrato de situación en apenas tres pinceladas. Una, la aceleración del proceso de envejecimiento en los países en desarrollo -China duplicará su población sexagenaria en sólo 27 años, cuando a Europa le llevó 100-, condenados a buscar soluciones con más premura y menos medios económicos. Otra, el agravamiento del problema en situaciones de miseria, con símbolos tan dramáticos en el mundo pobre como los abuelos cuidando -a veces en número de 15 ó 16- a los llamados huérfanos del sida. Y la tercera, el paralelo aumento del porcentaje de personas muy ancianas, sobre todo mujeres, que al superar los 80 años se enfrentan a crecientes situaciones de dependencia.

Renta de 2,25 euros al día

Como señala un informe de la organización no gubernamental HelpAge International que será publicado hoy, en 2050 más de la mitad de los 2.000 millones de personas mayores de 60 años vivirá ya en los países en desarrollo, cuya renta media ronda los 2,25 euros al día. Un ingreso que define la pobreza crónica y que, ahora mismo, sirve de referencia máxima a 250 millones de ancianos, la gran mayoría de los que viven en esos países. Son ya, pues, pobres crónicos y de ese mal se derivan otros, como el trabajo de pura supervivencia hasta muy avanzada edad: al menos la mitad de la población africana, asiática y latinoamericana mayor de 60 años permanece en activo (21% en el mundo rico), situación que mantiene la tercera parte de las personas de 70-74 y la quinta parte de los mayores de 75.

En el mundo pobre, cualquier posible debate sobre la edad de jubilación adquiere perfiles bien distintos a los de los países desarrollados. Y otro tanto sucede con los numerosos problemas sociales, sanitarios y económicos que rodean al envejecimiento poblacional. También en este ámbito hay dos mundos y, como apuntó Alcalay, «no se trata de prolongarles la vida para vivir en la pobreza, sino para vivir con dignidad». De ahí las dificultades para lograr el pleno consenso en los dos grandes textos que debe parir la II Asamblea Mundial del Envejecimiento -la Declaración Política y el Plan de Acción Internacional- más allá del «90% ya acordado» de que ayer hablaron Desai y la secretaria general de Asuntos Sociales española, Concepción Dancausa.

El restante 10%, con dos redacciones alternativas defendidas por la Unión Europea y por el Grupo 77 y China, se refiere a temas tan sustantivos como «la supervisión, el seguimiento y los medios de ejecución», que es tanto como decir la imprescindible financiación. Conjugar esos matices diferenciales hasta encontrar el «lenguaje adecuado» que asegure tal financiación -«los recursos existen», recalcó Desai- para los programas de desarrollo sostenible en relación con los mayores, es el objetivo de la asamblea que hoy inaugurarán el secretario general de la ONU, Kofi Annan, la infanta Cristina y el presidente del Gobierno español, José María Aznar.

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