«La empresa no se hace cargo de los daños que puedan sufrir los vehículos estacionados en el recinto». Esto es lo que suelen decir los avisos que se exhiben en los aparcamientos públicos. Los carteles de este tipo tendrán que ser retirados. Por primera vez, una norma regula las obligaciones de los empresarios y usuarios de estacionamientos públicos en recintos cerrados. La ley de aparcamientos, recién aprobada por el Senado, responsabiliza a los empresarios de la custodia del vehículo y les obliga a pagar los daños que sufran los coches estacionados en un ‘parking’.
A partir de la entrada en vigor de la ley, los clientes podrán exigir a la empresa «la restitución del vehículo» en el estado en que lo entregó. La normativa cubre un vacío legal, que ha permitido a los propietarios o concesionarios de aparcamientos desentenderse de lo que pueda sucederle a los coches dentro del recinto.
Hasta ahora quienes respondían de todo eran los usuarios, que pagaban por estacionar sin tener garantías de que encontrarán el vehículo en el mismo estado en que lo aparcaron. Con la ley en la mano, la empresa será responsable de los destrozos que puedan ocasionarle a un automóvil, pero también del robo del vehículo o de cualquier accesorio, salvo los extraíbles, como radiocasettes y teléfonos móviles.
La ley, que entrará en vigor una vez que la sancione el Congreso y se publique en el BOE, establece la obligación de incluir la matrícula del coche en el resguardo del aparcamiento. Eso obligará a las empresas a instalar en los accesos máquinas lectoras -que imprimen la matrícula en el billete- para identificar los vehículos.
La ley también obliga a instalar un sistema de aviso homologado en los accesos a los aparcamientos situados en zonas de intensidad de tráfico. Sin embargo, la normativa no recoge una antigua reivindicación: la modificación del sistema de pago por fracción horaria.
