Electrodomésticos con larga vida

Es importante leer y seguir con detenimiento las instrucciones para garantizar que funcionen muchos años a pleno rendimiento
Por EROSKI Consumer 6 de octubre de 2004

Los electrodomésticos no son para toda la vida, pero con unos cuidados mínimos y un uso razonable se puede conseguir una larga durabilidad.

En caso de avería, según el precio del aparato de que se trate, el coste de la mano de obra y del desplazamiento pueden ser motivo más que suficiente para sustituirlo. Pero antes de comprar un electrodoméstico nuevo, hay que examinar la gravedad de la avería y ver si merece la pena pagar por una reparación en lugar de adquirir otro. Por supuesto, no habrá dudas si el presupuesto de la reparación supera la mitad del precio del electrodoméstico nuevo.

Hay que cambiar un electrodoméstico si el presupuesto de la reparación supera la mitad del precio del nuevo

Las razones fundamentales que suelen estropear los electrodomésticos son tres: la falta de limpieza, la negligencia al limpiarlos o los bruscos cambios de voltaje en el sistema eléctrico.

Un frigorífico, dicen los expertos, tiene una vida útil de 15 años como media. Por ello es conveniente comprar un modelo que se adapte a las necesidades específicas de cada hogar. Para potenciar su durabilidad, al instalar la nevera hay que procurar hacerlo alejada de las fuentes de calor -sol, horno, calefacción,…- y, si es posible, en una habitación seca y ventilada. Cada tres o cuatro meses es conveniente limpiar el serpentín y la pared posterior con un aspirador o cepillo, ya que el polvo y la suciedad acortan su vida. A la vez que se hace esta operación, también se recomienda que la parte trasera del frigorífico esté ventilada, imprescindible para su buen funcionamiento. Si se forma escarcha en el interior, no hay que dejar nunca que supere el medio centímetro de grosor. Hay que procurar no tener la nevera medio vacía, ya que el frío se pierde en el espacio libre, aunque tampoco es bueno llenarla en exceso, porque de esta forma se entorpece la circulación interior del aire. Las tres piezas básicas que pueden forzar su sustitución son el motor, el compresor y el evaporador.

Una lavadora envejece por el efecto combinado del uso y del tiempo. Con una vida media de 12 años, y cinco lavados a la semana, el plazo puede acortarse si la utilización es intensiva y los modelos son más complejos. Es mejor usar la temperatura de lavado más baja posible, ya que las enzimas de los detergentes funcionan mejor a 30 grados.

Respecto a la vitrocerámica, su principal problema es que se rompa el cristal en algún accidente casero. Una sencilla medida para evitarlo consiste en colocar una tapa protectora que permanecerá bajada cuando no se utilice. En el uso diario conviene utilizar recipientes con fondo plano para aprovechar al máximo el calor y evitar rayados. Son idóneos los recipientes de acero inoxidable o hierro esmaltado con un grueso fondo difusor.

En cuanto a los aparatos de tecnología audiovisual (televisores, vídeos, cadenas musicales…), se renuevan sobre todo por los cambios tecnológicos. Un televisor puede durar cerca de 20 años. En los modelos de precio y tamaño más elevado sólo la más grave de las averías, el tubo de imagen, compensa su relevo. Para cuidar los aparatos de audio y vídeo hay que seguir las instrucciones del fabricante y desconectarlos cuando no se estén utilizando.

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