Buenas oportunidades más allá de las rebajas

La reducción en el precio de los artículos no siempre se denomina rebajas, sino que existen otro tipo de promociones de ventas como las ofertas, saldos y liquidaciones
Por EROSKI Consumer 6 de julio de 2005

Los comerciantes, en algunas épocas del año establecidas, deciden abaratar el precio de los artículos que venden para así fomentar la compra de aquellos productos que quedan en el establecimiento una vez finalizada la temporada. También realizan este tipo de iniciativas para liquidar viejas existencias, dirigir ciertos consumos o sencillamente para aumentar sus ingresos disminuyendo, por otra parte, el margen de beneficio por producto. Los comercios afines a las rebajas abundan en mayor medida en el sector textil, zapatería y complementos, al igual que en el conjunto de las grandes superficies comerciales.

Existen diferentes tipos de promoción de ventas como son los saldos, liquidaciones y promociones u ofertas que desde el punto de vista estrictamente legal no deben considerarse rebajas. Por ello, la Ley de Ordenación del Comercio Minorista establece una serie de requisitos exigibles por el consumidor dependiendo de la clase de promoción que se esté llevando a cabo.

Uno de los derechos que posee el cliente, tanto en rebajas como en otras ofertas especiales, consiste en que en la etiqueta del producto se debe indicar el precio anterior junto al rebajado o en su defecto el porcentaje de la rebaja. Sin embargo, aunque haya derechos comunes para el consumidor en los distintos tipos de ofertas es importante diferenciar y saber las características de cada promoción de venta para poder conocer claramente los derechos que asisten a los compradores.

Así, la venta de saldos corresponde a la venta de productos cuyo valor de mercado está disminuido a causa de deterioro, desperfecto, desuso u obsolescencia. El consumidor debe conocer que se trata de artículos deteriorados o defectuosos. Por tanto, el comerciante tiene la obligación de especificar e indicar el tipo de defecto que aqueja al producto de manera precisa y visible.

Por su parte, las liquidaciones son ventas excepcionales a precios inferiores a los expuestos con anterioridad con el fin de agotar las existencias de algunos artículos o de todos. La liquidaciones están motivadas por varias causas como pueden ser la cesación de la actividad comercial, el cambio de orientación del negocio, cambio de local, etc. El motivo de la liquidación debe ser especificado al cliente junto al anuncio de la misma y como máximo ésta ha de durar tres meses o un año en caso de cese del negocio.

En cuanto a las promociones, estas consisten en la venta a precio reducido o en condiciones más favorables que las habituales de artículos concretos. A través de estas ofertas se pretende incentivar la venta de determinado producto o servicio para aumentar el conocimiento o difusión sobre el mismo. De igual forma pueden llevarse a cabo con el objetivo de potenciar el desarrollo de los establecimientos promotores. En este caso, el consumidor debe saber que los productos vendidos en promoción no podrán estar deteriorados o ser de peor calidad que si fueran ofrecidos a su precio normal. Por consiguiente, si esto ocurriese tienen derecho a presentar una reclamación.

Por último, otra forma sencilla de comprar a un buen precio fuera de la época de rebajas reside simplemente en adelantarse a las temporadas de máximo consumo de un producto o servicio. Como ejemplo de esto, tenemos los precios especiales o descuentos en material escolar si este se adquiere o se encarga en el mes de julio en lugar de en septiembre que es cuando comienza el curso.

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