El absentismo laboral injustificado se redujo un 90% en 2009, según un informe elaborado por Randstad. La razón de esta caída es el temor de los empleados a perder su puesto de trabajo, motivo por el que han rebajado «al mínimo» sus ausencias del trabajo, según mantiene la compañía de recursos humanos. El absentismo laboral ha quedado así reducido este año a la «mínima expresión», de forma que sólo ha estado originado por una incapacidad temporal del trabajador o un accidente laboral, afirma.
En España se pierden cada año más de 60 horas laborales por trabajador, lo que supone un gasto importante para las empresas, la Seguridad Social y las mutuas, así como un descenso en la productividad de las compañías españolas, tal como refleja este informe. Randstad, que cifra el coste del absentismo laboral en unos 2.000 millones de euros cada año, asegura que 2009 ha cambiado la tendencia del absentismo en el mercado laboral. De este modo, mientras los casos de incapacidad temporal han crecido en los últimos años, desde el comienzo de la crisis han empezado a reducirse. En 2007 existían 32,14 casos de incapacidad temporal por cada 100.000 habitantes, en 2008 esta proporción se redujo hasta 29,52 y en 2009, hasta 26,96.
Mientras las horas no trabajadas por vacaciones y festivos se han mantenido en el último año en valores similares a los de la última década, han aparecido importantes causas estacionales para el absentismo. Dentro de ellas, el primer factor que aparece es el vinculado con los expedientes de regulación de empleo (ERE). El número de horas no trabajadas por ERE se duplicó en 2008 con respecto a 2007, mientras que en los nueve primeros meses de 2009 se han multiplicado por cuatro las horas perdidas por ERE respecto al total de 2008. Por su parte, los permisos remunerados (nacimientos, matrimonios, mudanzas, etc.) han aumentado de forma leve este año.
El nivel de absentismo de las mujeres es inferior al de los varones, aunque lo superan cuando su etapa profesional se cruza con la maternidad (25 a 35 años), según el informe. El perfil mayoritario del absentista es el de un varón joven, menor de 30 años y con un perfil de baja cualificación, si bien la actual crisis ha hecho que el colectivo juvenil, uno de los más castigados por el desempleo, haya reducido de «forma drástica» su absentismo, concluye Randstad.