El acceso a la educación postobligatoria continúa constituyendo «un cuello de botella importante del sistema educativo» español, indica un informe sobre desigualdades educativas elaborado por la Fundación Alternativas y en el que puntualiza que el acceso de los estudiantes españoles a estos niveles formativos se sitúa «por debajo del que se produce en los países de nuestro entorno más inmediato». La media europea está en el 73,5%, frente al 62,5% de España. Muy lejos del 86,3% de Suecia, del 79,8% de Francia, el 76,4% del Reino Unido o incluso el 81,7% de Grecia. En la Europa de los Quince tan sólo Portugal se sitúa por detrás de España.
Los estudiantes de Baleares, Canarias, Murcia, Andalucía o Extremadura se encuentran en el furgón de cola, mientras que los de Aragón, Navarra o País Vasco lideran el porcentaje de estudios postobligatorios.
La participación de las mujeres en estos estudios es considerablemente superior a la de los hombres
Por otra parte, la participación de las mujeres en estos estudios es considerablemente superior a la de los hombres. Un 70% de alumnas frente a un 55,2% de alumnos, lo que pone de manifiesto que «el fracaso escolar y el abandono temprano son sobre todo fenómenos masculinos». No en vano, desde Primaria el rendimiento académico de las chicas es superior y lo siguen siendo sus tasas de graduación en los niveles postobligatorios.
Otro de los aspectos que analiza el informe es el acceso a estos estudios en función del origen social. De manera que los jóvenes que pertenecen a clases sociales como trabajadores manuales cualificados y no cualificados tienen menos probabilidades de efectuar estudios de Bachillerato. Su futuro se orienta hacia al mercado de trabajo, los estudios de cursos formativos de grado medio o la continuidad en Secundaria.
En cuanto a los escolares inmigrantes, pese a que su número continúa aumentando en los niveles obligatorios, el acceso a la educación postobligatoria es muy diferente: tan sólo tres de cada diez accede al Bachillerato o a ciclos formativos.
Abandono escolar
El número de ciudadanos que finalizan los estudios de Bachillerato y Formación Profesional ha aumentado en la mayoría de los estados miembros de la Unión Europea. Sin embargo, en algunas autonomías españolas se produce un rechazo a continuar estudiando después de Secundaria. Este hecho es más palpable en las regiones en las que resulta más fácil para los jóvenes la incorporación al mercado de trabajo.
El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona Jorge Calero, autor del informe «Desigualdades tras la educación obligatoria: nuevas evidencias» presentado en la Fundación Alternativas, ha recomendado el desarrollo de programas de intervención educativa muy temprana, entre los cero y los tres años, para reducir las desigualdades de origen social y familiar de los alumnos y el abandono escolar temprano.
Este experto argumenta que la reducción del fracaso escolar en la ESO contribuiría sustancialmente a mejorar las probabilidades de continuidad en el sistema educativo de los grupos sociales que no suelen continuar en la enseñanza postobligatoria. Otra de sus propuestas es la mejora de la calidad de los Ciclos Formativos de Grado Medio, con objeto de favorecer la inserción educativa y laboral de los grupos de menor renta.
