Los alumnos de la ESO podrán pasar de curso con dos suspensos

Las asociaciones de padres divergen sobre la nueva ley educativa
Por EROSKI Consumer 31 de marzo de 2005

La Ley Orgánica de Educación (LOE) establece unas pautas «mínimas» de actuación para todas las etapas de la enseñanza obligatoria y también para el Bachillerato y la Formación Profesional (FP), según dijo ayer la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, tras la presentación del anteproyecto de esta normativa, que derogará tres legislaciones anteriores -incluidas la LOGSE y la LOCE- y que marcará los designios del sistema educativo a partir del año lectivo 2006-2007.

El paso de curso y la asignatura de Religión eran dos de los aspectos que más preocupaban a la comunidad educativa. Respecto al primero, Educación ha buscado el término medio para tratar de aunar sensibilidades; es decir, descarta la promoción automática pero eleva a cuatro el número de suspensos necesarios para que un alumno repita. Cuando la ley entre en vigor, los estudiantes con dos materias suspendidas podrán pasar de curso; los que tengan cuatro o más perderán el año, y los que dejen tres deberán esperar la resolución del claustro de profesores. Los escolares sólo podrán repetir una vez en Primaria y dos en Secundaria, y tendrán pruebas de recuperación en cuarto de la ESO y en Bachillerato.

San Segundo, no obstante, subrayó que la repetición «no tiene que ser la solución mágica» a los problemas de aprendizaje. A su juicio, no tiene sentido que un adolescente repita «para hacer lo mismo» que el año anterior, por lo que será necesario desarrollar planes de refuerzo específicos que le sirvan para asimilar las destrezas básicas de esa etapa. De hecho, al estudiante que fracase en la ESO no se le cerrarán las puertas para la obtención del título. El Ministerio promoverá unos módulos de cualificación encaminados a lograr que los jóvenes tengan una buena capacitación profesional para acceder al mercado de trabajo y, también, preparar a los que no se graduaron para que puedan hacerlo.

Respecto a la Religión, todos los colegios españoles de la red pública tendrán la obligación de ofertar esta asignatura en sus programas, pero estudiarla será voluntario y, además, las calificaciones en esta asignatura no computarán para las repeticiones de curso ni tendrán valor a la hora de solicitar becas o acceder a la Universidad. San Segundo, sin embargo, no precisó qué van a estudiar los alumnos que no elijan Religión, ya que el Ministerio ha postergado su decisión sobre una posible área alternativa a acuerdos posteriores.

Por otro lado, la nueva normativa hace especial énfasis en la necesidad de atender la diversidad del alumnado con programas de refuerzo, diversificación curricular y desdobles en las áreas fundamentales del aprendizaje: lectura, escritura y matemáticas. Sobre estos tres pilares se sustentan el resto de asignaturas, según la ministra. La ley prevé incluso planes de apoyo desde el primer curso de Primaria para escolares con dificultades.

Conocer las materias en las que flojean los alumnos es otro de los objetivos que se ha marcado el Ejecutivo. Para lograrlo realizará dos evaluaciones de diagnóstico en cuarto de Primaria (10 años) y segundo de ESO (14 años). Los resultados de estas pruebas de conocimientos no contarán para nota, pero serán puestos en conocimiento de las familias y el Gobierno los presentará cada año en el Congreso. Se trata de corregir los aspectos en los que se detecten más fallos.

Divergencias entre los padres

Las asociaciones de padres valoran de forma diferente la nueva normativa. Así, mientras la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA) la considera «mediocre», la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) cree que puede ser positiva.

Para CONCAPA, la LOE es «muy mediocre» y no resuelve el problema del fracaso escolar. «No demuestra interés por luchar contra el fracaso escolar, sino que se ha realizado por motivos políticos», asegura su presidente, Luis Carbonell.

En cambio, la presidenta de CEAPA, Lola Abelló, piensa que el Gobierno «ha hecho un esfuerzo, de manera que de todas las leyes que estaban en vigor van a quedar solamente la LODE (Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la Educación) y esta nueva». En su opinión, la LOE «puede ser un buen camino» porque ha escogido «un término medio» en sus directrices.

Respecto a la asignatura de Religión, las posiciones de ambas entidades son también distintas. CONCAPA critica que la nueva ley no recoja la petición de los tres millones de personas que demandan que esta materia sea computable y cuente con una alternativa para los estudiantes que no la elijan. Por su parte, CEAPA cree que esta asignatura debe quedar fuera del horario lectivo, porque «los derechos de unos no pueden conculcar los de otros que no quieran Religión».

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