Sólo el 2,3% de los padres se implica en el proceso de aprendizaje de sus hijos, según el Instituto de Evaluación y Calidad

Hoy se celebra el Día Europeo de los Padres y la Escuela, que pretende promover la participación de los progenitores en la educación
Por EROSKI Consumer 14 de octubre de 2003

Muchos padres creen que con acudir a las reuniones que, cada cierto tiempo, convoca el colegio al que acuden sus hijos, están suficientemente implicados en la vida escolar de sus vástagos. Datos presentados por el Instituto Nacional de Evaluación y Calidad (INCE), con motivo del II Día Europeo de los Padres y la Escuela -que se celebra hoy-, revelan que si por una parte la mayoría de las familias concede a la educación de sus hijos un papel relevante, por otra, prefieren vivir ausentes ante lo que ocurre en las aulas. En concreto, según el INCE, sólo un 2,3% de los padres españoles participa en el proceso de aprendizaje de sus hijos y se implica en las tareas que realizan en el colegio.

Por ello, el II Día Europeo de los Padres y la Escuela tiene como objetivo promover la implicación de los padres en la educación mediante la participación en la escuela y la colaboración con los profesores. Los padres han de ser conscientes de que participar de los problemas escolares de sus hijos y de sus relaciones personales les permite saber cómo evolucionan y saber sobre sus inquietudes o problemas.

Los datos, estudios y opiniones ponen de manifiesto que las familias españolas viven de espaldas a la realidad escolar de sus hijos. Algo que también se deja entrever en el último informe realizado por el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) y la Fundación Hogar del Empleado, en donde se aprecian notables diferencias de percepción entre lo que piensa el alumnado de sus problemas y la que tienen sus familias.

Estas últimas hacen, por lo general, una lectura optimista de la realidad educativa y viven inmersas en la idea de una escuela idílica y sin demasiados problemas. Así, resulta destacable que el 70% de los padres se muestre contento con el centro educativo y consideran que funciona «muy bien». Un aspecto en el que no existen grandes diferencias entre centros públicos y concertados, pese a la extendida idea del descontento de los padres de la pública con respecto a la educación de sus hijos. No obstante, las mayores discrepancias con el centro surgen cuando no están de acuerdo con las calificaciones (20,8%) o con la actuación del equipo directivo (22,9%).

Aplicación de las normas

También son las familias, y no los alumnos, las que se encuentran más satisfechas con las normas de los centros. Así, el 79,7% de los padres piensa que en el colegio existe orden, un 76,5% que las normas son adecuadas y un 58,3% que los docentes las aplican con igual criterio, según el informe de IDEA y la Fundación Hogar. Por contra, sus hijos sienten que los conflictos no se resuelven con justicia y que existen favoritismos. No obstante, resulta curioso que las familias tengan una visión menos positiva que los hijos de las relaciones que éstos establecen con profesores y compañeros.

Respecto a las situaciones de violencia que pueden sufrir los escolares, las familias creen que se produce menos maltrato del que declaran sus hijos. Así, mientras el 49,4% del alumnado asegura recibir insultos en clase, tan sólo dos de cada diez padres cree que eso ocurra. Un porcentaje que disminuye de manera significativa en el caso de las agresiones físicas: mientras el 12% de los alumnos asegura recibirlas, esto tan sólo lo creen el 3,2% de los padres. Tampoco consideran que tengan especial incidencia las amenazas y chantajes, o el robo entre los escolares. De manera que los padres desconocen, prácticamente, cualquier tipo de incidencia en los centros.

Fracaso escolar

La escasa conciliación existente hoy día entre la vida laboral y familiar lleva a que muchos niños pasen la tarde solos y tengan que aprender a realizar sus tareas sin la supervisión de un adulto. Esta poca implicación de los padres provoca, según los sociólogos infantiles, un alto porcentaje de fracaso escolar. No obstante, las familias piensan que ayudan bastante a la hora de hacer los deberes. No en vano, así lo creen ocho de cada diez padres, mientras que sólo lo perciben así cuatro de cada diez niños, según el INCE. La opinión es generalizada: se comparte el ocio, pero menos las tareas escolares. Su presencia es más elevada en otras actividades complementarias como excursiones, fiestas, eventos deportivos, teatrales… Si comparamos la situación con los países de nuestro entorno se comprueba que la participación más directa de los padres en los procesos de enseñanza se da en Austria, Holanda y Suecia.

Los sociólogos indican que los padres deben asumir que, al llegar a casa, han de dedicar tiempo a repasar conjuntamente las tareas con sus hijos. Sin embargo, en este aspecto, matizan que cuando las familias deciden involucrarse en los deberes de sus hijos han de contar con la ayuda de los docentes para que su intervención sea efectiva y productiva. Esto pone nuevamente de manifiesto la necesidad de una mayor implicación de las familias en el colegio en favor de la educación de los niños.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube