Adoptar a un perro guía retirado

Adoptar a un perro guía jubilado, cuando tiene entre ocho y diez años, precisa respetar su rutina para que el can se sienta cómodo en su nuevo hogar
Por Eva San Martín 6 de febrero de 2012
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Imagen: onigiri-kun

Los perros guía desempeñan un papel crucial para las cerca de 1.000 personas invidentes o con grave discapacidad visual que los utilizan cada día en España. Pero el trabajo de un perro guía no dura para siempre: la jubilación de las mascotas llega cuando el animal cumple entre ocho y diez años. Entonces, muchos de estos excepcionales perros guía necesitan una familia de acogida que les quiera.

En España hay cerca de 1.000 perros guía que trabajan cada día, según los datos de la Fundación Once del Perro Guía (FOPG). Estos canes son esenciales para ayudar a las personas ciegas o con grave discapacidad visual a moverse en su vida cotidiana. Cada comunidad autónoma tiene su propia ley para asegurar que las personas invidentes que lo necesiten puedan contar con un perro adiestrado que les ayude a desplazarse.

En España, hay cerca de 1.000 perros guía que ayudan a personas invidentes o con discapacidad visual grave

Pero la vida laboral de un animal guía no dura siempre. La jubilación para un can que ayuda en la movilidad de una persona invidente termina cuando cumple entre ocho y diez años: las condiciones físicas del animal son esenciales para desempeñar su labor y, con la edad, sus cualidades para desarrollar esta función merman.

No es extraño que el perro guía jubilado se quede con la persona invidente a quien ha acompañado durante años. Pero otras veces, el perro debe volver a la Fundación, donde le cuidarán hasta que encuentre un hogar que le acoja y le quiera como merece.

Las razas de perros guía más frecuentes para adoptar

El perro guía por excelencia es el Labrador. «Es la raza más utilizada como perro guía debido a su sociabilidad y a su gran capacidad de adaptarse a casi todos los entornos», señalan desde la Fundación Once del Perro Guía. Aunque quien decida adoptar un Labrador debe tener en cuenta otra de las características de esta raza: su gran afición por la comida.

El Golden retriever es otra de las razas más utilizadas cuando se trata de educar a un perro para que acompañe a una persona con graves problemas de visión que lo requiera. Los adiestradores de perros guía valoran del Golden su «sensibilidad e inteligencia. Aunque en ocasiones su gran determinación puede rozar la cabezonería», advierten desde la FOPG.

Los invidentes también cuentan, en no pocas ocasiones, con un perro Pastor alemán como compañero en sus desplazamientos. «Son inteligentes, dinámicos y muy resolutivos», destaca la Fundación de esta raza.

Cada perro guía tiene su historia

Adoptar un perro guía no es tan diferente de adoptar un perro adulto o anciano que lo necesita de una protectora de animales. Sí hay, no obstante, alguna particularidad: es más sencillo conocer la historia completa de la mascota durante sus años de vida. Cada perro guía tiene su particular pasado.

El adiestramiento que ha recibido un perro guía retirado también hace de él un animal algo especial. El can que ha sido compañero de un invidente se ha preparado durante meses para aprender a utilizar el arnés de forma correcta, a detectar los bordillos y otros obstáculos comunes de la ciudad. Incluso ha sido entrenado para lidiar con el complicado tráfico de la urbe.

Respete la rutina del can-guía jubilado

Es fácil que un perro que ha trabajado como lazarillo durante años se haya acostumbrado a mantener una rutina diaria ordenada y algo más estricta de lo habitual en el resto de canes. No es extraño que un perro guía se muestre desorientado durante los primeros días en su nuevo hogar. Respetar los horarios de comidas y paseos de su nuevo amigo ayudará al perro a encontrarse más cómodo en su nueva familia.

No es extraño que desobedezca si advierte peligro

Recuerde que su mascota fue un perro guía durante años: ha sido educado para velar, ante todo, por la seguridad de la persona invidente a la que acompañó. Esto explica que, en ocasiones, el can lazarillo jubilado tenga algunos comportamientos que puedan confundirse con una supuesta rebeldía mal entendida: el perro desobedecerá las órdenes de su nuevo dueño si considera que seguirlas supone exponerse a una situación de peligro.

Las razas más utilizadas para ayudar a los invidentes son: Labrador, Golden retriever y Pastor alemán

Cruzar una calle cuando el tráfico no ha parado por completo es una de las situaciones clásicas que pueden suponer un conflicto para nuestro nuevo amigo: el antiguo perro guía se negará a atravesar la calzada si estima que no es seguro cruzarla en ese momento. Incluso puede interponerse en el camino de su dueño para impedir que avance si este se empeña en caminar: solo trata de ponerle a salvo.

Consejos
  • La vida laboral de un can que ayuda a las personas invidentes para facilitar su movilidad termina cuando el perro cumple ocho o diez años.

  • Es habitual que un perro que ha trabajado como lazarillo se haya acostumbrado a mantener una rutina diaria ordenada y algo estricta: trate de respetar sus horarios de comida y paseos.

  • Un perro guía lo es durante años: se le ha educado para velar, ante todo, por la seguridad de la persona invidente a quien acompañó.

  • Algunos comportamientos pueden confundirse con una supuesta rebeldía mal entendida: el perro desobedecerá las órdenes de su nuevo dueño si considera que seguirlas supone exponerse a una situación de peligro.

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