Cómo dar una pastilla al gato en cinco pasos

Ofrecer medicinas y píldoras a los felinos es una tarea complicada, que puede facilitarse con algunos trucos simples
Por Eva San Martín 22 de julio de 2014
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Imagen: hatch.m

¿Cómo dar una pastilla o medicina al gato? Esta tarea puede convertirse en un trago amargo. Pero no solo para el felino, sino muchas veces también para quienes conviven con él. Algunos gatos se enfadan cuando se les intenta dar una pastilla que el veterinario les ha recetado o cuando necesitan tomar la píldora desparasitaria. Entonces, ¿qué hacer? Estos cinco pasos ayudan a dársela: tranquilizar al felino, cubrirlo con una toalla, sujetar su cabeza hacia atrás, introducirle la pastilla lo más profundo posible y ofrecerle un poco de agua para ayudarle a tragar.

1. Hay que tranquilizar al gato

Para dar una pastilla al gato, primero hay que tranquilizarle, llevarle a su lugar preferido y ofrecerle un premio comestible

La primera regla que hay que recordar antes de darle una píldora al gato es que el felino necesita estar muy tranquilo. «Una buena idea para dar una pastilla al gato es llamarle para que acuda a un sitio que le guste, como la zona donde suele encontrar su cuenco de alimentos», explica la Sociedad Contra la Crueldad hacia los Animales.

Una vez que el peludo compañero viene, conviene ofrecerle un premio comestible o un sabroso trozo de pollo cocido o embutido de pavo (tiene poca grasa y resulta una apetecible recompensa).

2. Sujetar o envolver al gato en una toalla

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Imagen: Becky Stern

Una simple toalla puede ayudar mucho cuando toca darle una pastilla a un felino reticente. El truco consiste en colocarle sobre la toalla y, una vez que está tranquilo, envolverlo, sin olvidarse de dejar su cabeza fuera.

«Una vez que el gato está envuelto en la toalla, ya está preparado para tomar su medicina«, explica la Asociación Internacional de Cuidado de los Gatos, que ha elaborado un interesante manual para ayudar en los complicados momentos de medicar a los felinos.

Otra posibilidad es sujetarlo con suavidad con las manos, pero de forma firme, agarrando las patas delanteras de forma segura. Este gesto impedirá que el gato se mueva o trate de arañar a su dueño mientras toma su pastilla.

3. Echar la cabeza del gato para atrás

El gato tragará mejor la pastilla si está sujeto o envuelto en una toalla y se le agarra su cabeza hacia atrás

Para dar la píldora al felino hay que agarrar con firmeza, pero mucho cuidado, el ángulo de su mandíbula. Para ello, los diestros deben colocar su mano izquierda (en caso contrario, hay que utilizar la derecha) por encima de la cabeza del gato. Su cara debe quedar descubierta.

«Hay que sostener la parte superior de su cabeza con la mano; los pómulos nos proporcionarán un cómodo agarre que permite sostenerle sin que sufra ninguna molestia», concluye un estudio sobre salud felina realizada por la Universidad de Washington.

El siguiente paso es echar la cabeza del gato un poco hacia atrás, de forma que su nariz quede mirando el techo.

4. Darle la pastilla al gato

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Imagen: Chika Watanabe

Con la cabeza del felino echada para atrás, «hay que sostener la pastilla con la mano derecha, entre el pulgar y el dedo índice; los dedos restantes pueden ayudar a mantener la mandíbula inferior abierta», añaden los expertos. Y la píldora hay que colocarla o dejarla caer lo más profundo posible, para facilitar que el animal se la trague.

Una señal para saber que lo ha hecho es que suele relamerse la boca con su lengua.

Sin embargo, muchos gatos son muy buenos cuando se trata de engañar a sus propietarios, por lo que hay que esperar y asegurarse de que no va a escupir la medicina. En este vídeo puede verse cómo es este proceso.

5. Ofrecer agua al gato para ayudarle a tragar la pastilla

El último paso para dar una pastilla al felino es ofrecerle un poco de agua en una jeringuilla limpia y reservada para estas ocasiones. La finalidad es ayudarle a tragar el medicamento y que este no quede en su esófago, a medio camino. «Las pastillas y comprimidos administrados secos pueden depositarse en el esófago del gato durante un tiempo prolongado, causando molestias e incluso inflamación en ese órgano», explican los veterinarios del Grupo de Medicina Felina.

Un poco de agua le ayuda al gato a tragar la píldora. Y si, de premio, se le ofrece otra recompensa comestible, ¡el felino cada vez será un poco menos reticente a tomar sus medicinas!

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