El perro y la muerte de un ser querido: ¿cómo le afecta?

Los perros se pueden deprimir hasta tal punto que lleguen a necesitar tratamiento psicológico y farmacológico para superar el bache
Por Carolina Pinedo 30 de enero de 2012
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Imagen: Cia de Foto

En el campo de comportamiento animal queda mucho por descubrir. La experiencia de las personas que han convivido con perros coincide en muchos aspectos. Lo cual arroja conclusiones importantes sobre la vida emocional de los perros, como que pueden caer en una depresión, por la tristeza de perder a un ser querido.

Cada vez existe más conciencia y sensibilidad con respecto a nuestras semejanzas y conexiones con las emociones de los animales. Cuando un perro forma parte de una familia, ya sea de congéneres o de humanos, se crean unos fuertes lazos afectivos y la necesidad de la unión al grupo como forma de sobrevivir. Y es que, gracias al núcleo familiar, el perro cubre necesidades que van desde la alimentación, hasta el cobijo, la protección o el cariño.

Historias tiernas

Cuando la estructura del grupo se modifica por la desaparición de uno de los miembros, el animal se ve afectado por el cambio en la jerarquía de la familia y echa de menos al que se va. Tanto que hay historias muy tiernas y conmovedoras sobre perros que velan la tumba de sus dueños o recorren cientos de kilómetros en busca de su hogar, guiados por su olfato e instinto.

Hay historias muy tiernas y conmovedoras sobre perros que velan la tumba de sus dueños o recorren muchos kilómetros en busca de su hogar
Uno de los casos más conocidos en este sentido, y que ha sido llevado a la gran pantalla, es el del perro japonés llamado Hachik. Este perro salía a buscar a su dueño todos los días a la estación de tren, aunque hubiese muerto. Así lo hizo durante diez años, hasta que él mismo murió. Hachik tiene una estatua en Japón, donde es conocido como «el perro fiel». Carlos Rodríguez, veterinario comenta al respecto que este perro «no entendía que su dueño hubiera muerto, pero seguro que se sentía muy triste cada vez que no aparecía en el tren de la tarde».

Capacidad de sentir

La cuestión es poner nombre a estos comportamientos. Podría ser: pena, añoranza o tristeza. Es cierto que no hay nada demostrado de manera científica, pero los hechos hablan por sí mismos, aunque los humanos somos reticentes a reconocer la capacidad de los animales para tener sentimientos y emociones.

Los perros, de manera probable, no tienen un concepto de la muerte tan definido o elaborado como ocurre en el caso de las personas pero, aún así, saben cuándo les falta un ser querido y tienen una reacción de duelo por su pérdida. En este sentido, Carlos rodríguez, veterinario explica: » los perros sienten tristeza ante la falta de de sus compañeros y, aunque la muerte sea un concepto que se les escape, tienen reacciones similares al duelo humano ante la pérdida de sus amigos, porque en esto, como en tantas otras cosas, perros y humanos nos parecemos mucho».

Lo que sí está comprobado es que cuando alguien cercano al perro muere, el animal busca y olisquea al ser querido en el entorno donde vivió. Los perros son muy fieles a sus dueños y llegan a desarrollar con ellos relaciones de amistad muy estrechas. El perro es un ser dependiente de sus dueños, que son los líderes de su manada. Si esas figuras desaparecen, el animal puede sentirse muy desamparado.

Síntomas de tristeza

Lo idóneo es no caer en el error de humanizar las reacciones y comportamientos de los perros, sino analizarlos, entenderlos y respetarlos. Es indudable que el perro acusa la falta de los seres con los que ha tenido una estrecha relación; deja de comer, está más decaído y menos activo. Y es que, ellos también necesitan su tiempo para acostumbrarse a la pérdida de un ser querido, para lo cual buscarán nuestro apoyo y cariño.

Superar la pena

Es recomendable que el perro mantenga su nivel de actividad, como los paseos habituales, así como dedicarle más tiempo de lo normal para jugar con él y así conseguir que se sienta más acompañado. Los perros se pueden deprimir hasta tal punto que lleguen a necesitar tratamiento psicológico y farmacológico para superar el bache. Si transcurrido un mes de la pérdida del ser querido, el perro sigue con síntomas como: abatimiento, inapetencia, pérdida de peso o demasiadas horas de sueño, es recomendable consultar al veterinario.

El dolor en los animales

La capacidad de los animales de sentir emociones similares a los humanos siempre se ha cuestionado, pero también su forma de percibir el dolor físico. En el diccionario se define el dolor como: sensación insatisfactoria o desagradable, que experimenta un ser vivo.

Es recomendable que el perro mantenga su nivel de actividad, como los paseos habituales y dedicarle más tiempo para jugar con él
Los receptores sensoriales del cuerpo reciben un estímulo y lo reflejan en la médula espinal y después, lo transmiten al cerebro. Este sistema es similar entre personas y animales. Hoy por hoy, está demostrado que los animales sí experimentan dolor. No todos los animales responden igual frente al dolor. Las reacciones pueden resultar más patentes cuanto más social sea el animal, como es el caso del perro. En otras especies, como los gatos, la demostración de dolor se interpreta como una debilidad frente a los depredadores y se enmascara, como forma de sobrevivir.

Consejos
  • Tener claro que el perro se puede deprimir por la pérdida de un ser querido.

  • Dedicar más tiempo a estar con el animal hasta que supere el bache.

  • Mantener la rutina de actividad diaria del perro, como paseos y juegos.

  • Si transcurrido un mes, el animal sigue abatido e inapetente, acudir al veterinario.

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