Mi perro ha muerto: qué trámites debo hacer

Algunos ayuntamientos, como el de Madrid, cuentan con un servicio de recogida de animales muertos, que pueden utilizar los particulares
Por Carolina Pinedo 30 de enero de 2012
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Imagen: miguel ugalde

Los trámites que se exigen para enterrar a un perro no son complicados. Sólo se necesita dar de baja el microchip del animal en la base de datos y enterrar o incinerar al animal en lugares específicos para ello. Se pueden elegir varias opciones, desde la incineración colectiva o individual, hasta el enterramiento.

El animal muerto puede ser enterrado o incinerado. Se trata de una cuestión importante para los dueños desde el punto de vista emocional, pero también desde el legal y sanitario, ya que los ayuntamientos obligan a incinerar o enterrar al perro en lugares habilitados de manera específica para ello.

Algunos ayuntamientos, como el de Madrid, cuentan con un servicio de recogida de animales muertos, que pueden utilizar los particulares.

La opción elegida puede ser una incineración colectiva, que es la más económica, y en este caso no se entregan las cenizas del animal
Sin embargo, en estos casos se lleva a cabo una incineración colectiva, es decir de varios animales y no se entregan las cenizas del perro. Si se elige la opción de incinerar al perro, también se puede acudir a empresas privadas que lo llevan a cabo de manera individual, para que los dueños puedan recoger las cenizas de su animal.

La opción elegida puede ser una incineración colectiva, que es la más económica, y en este caso no se entregan las cenizas del animal. Sin embargo, aún así, conviene hacer una ceremonia, aunque sea sencilla, pero que sirva de despedida. Puede ser enterrar su collar o su juguete preferido en el jardín y dedicarle unos pensamientos a modo de despedida.

¿Tener otro perro?

Hay personas que tras la muerte de su perro sólo encuentran consuelo cuando tienen otro animal. Sin embargo, Carlos Rodríguez, veterinario opina que no es recomendable la adquisición de un nuevo perro sin que haya transcurrido un tiempo razonable para resolver el duelo. Sólo entonces tener otro perro puede ayudar, pero sin olvidar que un perro no puede sustituir a otro. Es un error tener un nuevo animal para recuperar al que se fue. Porque cada perro es diferente y corremos el riesgo de no aceptar al nuevo animal porque no se porta como el que murió.

Cuestión sanitaria

No es recomendable tirar el cuerpo del perro a la basura, abandonarlo en el campo o enterrarlo en cualquier lugar. La razón es que se puede provocar un problema sanitario, ya que los cuerpos de los animales fallecidos son una fuente de contaminación tanto del suelo como de las aguas y como consecuencia se pueden producir intoxicaciones de personas y animales. Por otro lado, existe el peligro de que los cadáveres puedan ser desenterrados por carroñeros que propaguen infecciones y enfermedades.

Cementerios de animales

El número de personas que decide enterrar a su perro en un cementerio de animales para poder visitar su tumba ha aumentado en los últimos años, así lo explica Eduardo Birenbaum, coordinador del mayor cementerio de animales que hay en España: El Último Parque de Madrid: «la gente se ha quitado prejuicios de encima y decide despedir a su animal en cementerios como el nuestro, que en la actualidad cuenta con 5.000 tumbas». Y es que, el respeto y el cariño por los animales han aumentado en la sociedad española y eso se nota en cómo despedimos a nuestros perros. En los cementerios de animales se respira cariño y respeto hacia los fieles amigos que se fueron; los epitafios derrochan amor. Se trata de lugares necesarios, donde los dueños pueden rendir homenaje y recordar a sus perros.

Epitafios

Las tumbas para los animales pueden costar desde 200 hasta 6000 euros y cuentan con epitafios que expresan todo el amor hacia el amigo que se fue. Eduardo Birenbaum, de El Último Parque, nos cuenta el que más le ha llamado la atención, una poesía que dice así:»Aquí descansan los restos de un ser que tuvo belleza sin vanidad, el valor sin la fiereza, la fuerza sin la insolencia y todas la virtudes del hombre, pero no sus defectos».

Los precios de las lápidas varían en función del tamaño de la tumba y la ornamentación que se elija.

Los ayuntamientos cuentan con un servicio de recogida de animales muertos, que pueden utilizar los particulares
Si se quiere que el perro permanezca siempre en el cementerio, hay que abonar una cantidad de dinero anual para su mantenimiento, que en el caso de El último Parque, son 61 euros. Lo positivo de enterrar al perro en un cementerio para animales es, según Eduardo Birenbaum de El Último Parque, «que sabes que sus restos están allí y le puedes visitar cuando quieras».

Lo importante es estar satisfecho con la despedida que se ofrece al animal. Un ritual o acto simbólico, aunque sea sencillo, es importante para superar el duelo por la pérdida de su perro.

Consejos
  • Consultar al veterinario sobre los trámites y opciones de enterramiento o incineración de la localidad en la que se reside.

  • Sea cual sea la opción elegida (enterramiento o incineración) llevar a cabo una ceremonia de despedida, por sencilla que sea.

  • Esperar un tiempo razonable, como mínimo tres meses, para tener otro perro.

  • Los trámites tras el fallecimiento del animal consisten en dar de baja su microchip en la base de datos e incinerarlo o enterrarlo en un lugar específico.

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