Mi perro siempre está hambriento

Un dueño que pica entre horas puede transmitir la costumbre a su perro, que tal vez acabe demandando comida a todas horas
Por Eva San Martín 30 de enero de 2012
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Imagen: crestedcrazy

Hay perros que nunca sienten saciado su apetito: siempre tienen hambre y están ansiosos por recibir más comida. Un can comilón vigilará al dueño mientras cocina por si encontrara recompensa en forma de alimento. O esperará cerca de la mesa cuando come la familia, en busca de un ofrecimiento comestible. Pero un animal glotón no nace, sino que se hace. Conviene cumplir ciertas normas para evitar que el perro coma entre horas y prevenir la obesidad en nuestra mascota.

Un perro con apetito voraz es propenso a padecer obesidad ya que es fácil que ingiera mayor cantidad de alimento de la que necesita. Un animal glotón no perderá la oportunidad de recibir raciones de cualquier alimento. Aguardará atento mientras el dueño cocina o abre la nevera, ya que quizá caiga al suelo algo de comida que acabará, sin duda, en su poder.

Dueño sedentario: perro obeso

Las costumbres de los dueños influyen sobre su perro más de lo que pueda parecer. Un dueño de hábitos sedentarios es fácil que haga de su mascota un animal también sedentario.

Si se le deja comer entre horas, el perro acudirá al cubo de la basura para robar sobras
Un can, por ejemplo, que no pasea ni juega lo suficiente cada vez tendrá menos interés por hacerlo. Y no es raro que se refugie en la comida, como fuente de satisfacción. No solo el estilo de vida de los dueños afecta a sus mascotas: también los hábitos alimentarios. Y con ellos, el sobrepeso.

Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en 2010 revela que uno de cada seis ciudadanos de los países industrializados es obeso. Por su parte, para la Asociación Mundial de Veterinarios de Animales Pequeños no cabe ninguna duda de que el exceso de peso en los dueños se está trasladando a sus mascotas. «La relación entre personas y perros ha contribuido al auge de la obesidad en la población canina durante los últimos años», señala esta organización mundial. Entre el 20% y el 40% de los perros padece una gordura excesiva que compromete su salud.

Contener la ingesta del perro voraz

Un perro que ingiere más calorías de las que consume acumula el exceso de energía en su cuerpo, en forma de grasa. Esto explica que sea importante conocer la ración diaria que debe comer el perro, según su peso y edad. Se habla de obesidad canina cuando su peso corporal es al menos un 20% superior a su peso adecuado. El veterinario recomendará la cantidad adecuada y la frecuencia con la que hay que servir la porción. No hay que olvidar estas pautas y ser constante, para evitar el sobrepeso.

Cambiar de alimento a un perro glotón tampoco es buena idea. Una comida nueva suele resultar más atractiva para el animal que sus croquetas habituales, por lo que la comerá con mayor ansiedad. Ofrecer al perro obsesionado por comer un alimento distinto de su pienso (queso, jamón y otros restos de comida de la familia) acentuará su voracidad.

Un animal que conoce sabores distintos puede demandarlos más tarde. Las latas, o dieta húmeda, suelen ser asimismo más apetecibles

para el perro. Pero conviene tener cierta precaución: contienen mayor densidad calórica que las croquetas. Y si el perro lleva una vida sedentaria es fácil que su consumo habitual derive en sobrepeso.

Controlar el apetito del perro

No se debe permitir que el perro coma entre horas, aunque sea muy insistente. No nos querrá menos si no accedemos a ello. Cuando el veterinario marca una cantidad específica de pienso diaria, el perro no necesita más comida. Si se le deja comer entre horas, acudirá al cubo de la basura para robar sobras y su apetito nunca quedará satisfecho.

Que el animal ronde la cocina no siempre es buena idea. La mascota voraz tratará de atrapar los restos de comida que caigan al suelo.

Los hábitos del dueño influyen sobre su perro: un perro que no pasea lo suficiente cada vez tendrá menos interés por hacerlo
El veterinario José Enrique Zaldívar, autor del blog blogveterinario.com, aconseja «sacar al perro de la cocina cuando se prepara la comida para evitar que el perro nos pida otro alimento que no sea pienso». Recuerde que si su perro está feliz con su pienso habitual, no es necesario cambiarlo, si es de buena calidad.

Ansiedad descontrolada

Hay casos de perros glotones que derivan en el destrozo del mobiliario, cuando el animal se queda solo en casa. Si no hay comida disponible, se genera un estado de estrés y ansiedad que se traduce en este tipo de conductas desajustadas. Esta situación se puede paliar con un largo paseo, antes de que el perro se quede solo en casa.

También se le pueden dejar juguetes para morder y su ración de pienso. Hay que descartar, con un chequeo, que el apetito insaciable del perro se deba a una enfermedad llamada diabetes mellitus o a alteraciones hormonales.

Consejos
  • Los hábitos de los dueños influyen sobre el perro más de lo que pueda parecer: un animal que no pasea ni juega cada vez tendrá menos interés por hacerlo.

  • Enseñe a comer al perro. Siga unas pautas estrictas en cuanto a horarios, cantidad de comida y número de raciones diarias.

  • Evite las comidas entre horas.

  • Cambiar de alimento a un perro glotón no es buena idea: una comida nueva suele resultar más atractiva y comerá con mayor ansiedad.

  • Hacer un chequeo en el veterinario, para descartar posibles enfermedades.

  • El apetito insaciable puede disminuirse con juegos, paseos, excursiones, etc.

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