¿Pueden los perros querernos de verdad?

Los canes, como las personas enamoradas, segregan la hormona del amor cuando están cerca de un humano al que quieren
Por Eva San Martín 28 de julio de 2014
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Imagen: Mike K

¿Puede un perro enamorarse de una persona? ¿Los canes sienten amor sincero hacia los humanos con los que comparten su vida? ¿O se trata más bien de un amor interesado, que busca recompensa en forma de comida y otros premios? Quienes han vivido alguna vez con un perro, no dudan de que su amor es real y sincero. Esta misma opinión la comparten muchos científicos, ya que los canes, como las personas enamoradas, segregan la llamada hormona del amor cuando están en compañía de un ser humano querido. Sin embargo, otros dudan de que el querer canino sea tan desinteresado. Tanto una como otra postura se reflejan en este artículo.

¿Puede su perro quererle de verdad?

Los perros liberan oxitocina, llamada la hormona del amor, cuando se encuentran cerca de una persona querida

¿Los perros nos quieren de verdad? ¿Pueden los canes amarnos? Quienes han vivido alguna vez con uno, casi seguro que responderán a esta pregunta de forma afirmativa. Pocas personas que hayan compartido su vida con un perro dudan de que tengan sentimientos, ni de que estos, además, sean muy intensos.

«El amor que siente el can por las personas suele ser más fuerte que los sentimientos que surgen hacia sus hermanos, cachorros de su camada«, asegura el científico experto en perros Michael Hennessey, quien está convencido de que los canes pueden querer a los humanos de un modo muy real.

Este neurólogo ha estudiado los sentimientos que estos animales desarrollan hacia las personas con quienes conviven. ¿Cuál es el resultado? «El perro nos quiere, siente un afecto real por nosotros, que va más allá de intereses concretos«, añade este científico. Las conclusiones de su investigación han sido publicadas en la revista científica Journal of Comparative Psychology.

La hormona del amor también afecta a los perros

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Imagen: Jacky W.

La oxitocina es la llamada hormona del amor, ya que está relacionada con el placer, y es la responsable de los enamoramientos entre personas. La sorpresa para muchos tal vez sea conocer que no solo los humanos cuentan con ella, pues los canes también segregan oxitocina. Esta potente sustancia desencadena circuitos cerebrales en los perros, que se asocian a las sensaciones agradables, y podría explicar, en consecuencia, los fuertes sentimientos de amor que son capaces de sentir hacia las personas.

«Loscanes, como nos sucede a nosotros, producen esta hormona amorosa cuando se encuentran cerca de alguien al que quieren», coincide la psicóloga Andrea Beetz, quien ha estudiado el fuerte alcance de estos sentimientos. «El perro nos quiere, y su interruptor amoroso se activa de un modo muy similar a lo que ocurre en las personas enamoradas, y esto es consecuencia del carácter cada vez más social y humanizado del can«, afirma Beetz.

Los efectos embriagadores del amor del perro, además, no tardan en llegar cuando la persona querida se encuentra cerca: solo diez minutos después, canes y personas enamoradas experimentan un incremento similar de sus niveles de oxitocina en la sangre.

La doctora sueca Kerstin Uvnäs Moberg también ha investigado el gran amor que los perros sienten por sus personas amadas. «Cuando un can quiere a una persona, libera oxitocina, y esta hormona le ayuda a fortalecer aún más el apego que siente por nosotros«, explica esta científica.

¿Enamorarse un perro? Escépticos del amor canino

Los interruptores amorosos de perros y personas enamoradas funcionan de un modo muy similar
No todos los científicos, sin embargo, tienen tan claro que el amor del perro sea tan desinteresado. Este es el caso del veterinario Fred Metzger, quien opina que «los canes no son capaces de querer del mismo modo que las personas».

La pregunta que se plantea este veterinario es la siguiente: ¿el perro nos quiere o solo busca algo de nosotros? Metzger se decanta por lo segundo, es decir, afirma que detrás del supuesto amor verdadero del can hay, más bien, la búsqueda de una recompensa. «El perro no tarda en aprender que cuanto mayor sea el afecto que logre despertar en nosotros, mayor será su compensación en forma de caricias, premios comestibles o juegos», dice este veterinario.

Y usted, ¿qué opina? ¿Pueden los canes querernos de verdad? Puede compartir su opinión en la sección de comentarios. ¡Gracias!

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