Amianto, una contaminación letal que perdura

El amianto seguirá produciendo muertes en España al menos hasta 2040, según revela un estudio científico
Por Alex Fernández Muerza 26 de diciembre de 2013
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Imagen: Harald Weber

El amianto o asbesto es un peligroso contaminante ambiental que en España seguirá produciendo muertes al menos hasta 2040, a pesar de estar ya prohibido. Así lo apunta un estudio científico que prevé que los fallecidos serán cada vez más durante las próximas décadas. Este artículo señala que las muertes en España por amianto continuarán al menos hasta 2040, analiza la evolución de las muertes por amianto y aporta datos sobre la prohibición de este peligroso contaminante.

Muertes en España por amianto hasta 2040

La contaminación por amianto seguirá provocando muertes en España al menos hasta 2040, a pesar de que su uso está prohibido desde 2002. Así lo señala un artículo científico publicado en la revista ‘BMC Cancer’.

Uno de cada dos cánceres atribuibles al trabajo en Europa se deben a la exposición al amianto
El amianto, también conocido como asbesto, es un agente cancerígeno presente en miles de edificios, tuberías y tejados (la popular uralita) de toda España. Su carácter ignífugo y su bajo precio le convirtieron en un material idóneo para una gran variedad de productos manufacturados, sobre todo en materiales de construcción y productos de aislamiento. Según el estudio, entre 1906 y 2002 se importaron en nuestro país más de dos millones de toneladas de amianto, si bien su mayor uso se produjo entre las décadas de los sesenta y noventa del siglo pasado.

Los investigadores, un equipo del Instituto de Salud Carlos III, el Consorcio de Investigación Biomédica de Epidemiología y Salud Pública y el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, recuerdan que cientos de personas fallecen cada año en España como resultado de las exposiciones al amianto en el trabajo durante el pasado. Los mesoteliomas pleurales y carcinomas de pulmón son las principales enfermedades que, debidas a dicho material, seguirán ocasionando muertes en nuestro país, subrayan los científicos.

Evolución de las muertes por amianto

Uno de los responsables del trabajo, Alfredo Menéndez Navarro, catedrático del departamento de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada, recuerda que las patologías ligadas a la exposición al amianto son en la actualidad «una de las principales causas de muerte de origen laboral». Uno de cada dos cánceres atribuibles al trabajo en Europa se debe a la exposición a este material, apunta este experto.

A nivel mundial, 100.000 personas mueren cada año en el mundo por patologías derivadas de la exposición al amianto, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Sus responsables aseguran también que la mitad de las muertes por cáncer ocupacional se debe a dicho material. En 2003, la Comisión Europea (CE) reconocía que el amianto constituye el principal agente cancerígeno en el lugar de trabajo.

Los autores del estudio destacan que las muertes por cáncer pleural, el 73% de las cuales son mesoteliomas causados por el amianto, continuaron en aumento en el periodo de tiempo analizado (1975-2010). En concreto, se pasó de 491 muertes entre los años 1976 y 1980 a 1.249 fallecidos en el periodo de 2006 a 2010. Los científicos prevén que entre 2016 y 2020 morirán 1.319 personas por dicho tipo de cáncer, 264 difuntos al año. Asimismo, el estudio señala que entre 1975 y 2010 fallecieron en España 6.037 personas por cáncer pleural, de los que el 66% eran hombres y el 34% mujeres.

A pesar de dichos datos, Menéndez Navarro recuerda el escaso reconocimiento del cáncer profesional por amianto en España: menos del 1% de los mesoteliomas y carcinomas de pulmón causados por el amianto se califican como enfermedad profesional. Estas enfermedades tienen un largo tiempo de latencia: desde que se inhala el contaminante hasta que aparecen pueden pasar 30 años.

Prohibición del amianto

El amianto o asbesto se refiere a un grupo de seis materiales fibrosos diferentes que se encuentran en la naturaleza. La incidencia de la exposición natural en el desarrollo de posteriores enfermedades se considera inapreciable. Los mayores riesgos de contaminación se producen en ciudades y áreas industriales. Las fibras de amianto son seguras cuando permanecen en estado sólido, pero si se liberan al medio ambiente por una incorrecta manipulación y pasan al agua o al aire, entonces se convierten en un contaminante nocivo. Sus negativas consecuencias se producen cuando es inhalado.

En 1906 se describió en Londres el primer caso de «fibrosis pulmonar por asbesto» en una trabajadora de 33 años de una fábrica textil. Desde 1935 se conocen los primeros trabajos que relacionan científicamente la exposición al amianto y cáncer de pulmón, y en 1947 se explican los mesoteliomas de pleura y peritoneo.

En 1991 el Banco Mundial estipuló su preferencia de no financiar la manufactura o el uso de productos con dicho material. A principios de la década de 2000 empezó a prohibirse en los países desarrollados. Su empleo está prohibido por el Convenio de Róterdam, firmado por más de cien países. No obstante, algunos países en vías de desarrollo continúan utilizándolo.

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