Científicos catalanes y franceses descubren cascadas submarinas en el cabo de Creus

Este fenómeno se produce cuando las aguas costeras se enfrían y se hunden a través de grandes cañones
Por EROSKI Consumer 19 de noviembre de 2006

El cabo de Creus (Gerona) es de las pocas áreas del Mediterráneo donde se producen cascadas submarinas, según ha descubierto un equipo de científicos catalanes y franceses. Estas cascadas han dado lugar a una especie de campos labrados o surcos gigantes, que hasta ahora no se habían detectado, provocados por la acción abrasiva de la arena que arrastran.

Las cascadas submarinas suelen tener una periodicidad anual -entre los meses de febrero y marzo-, aunque pocas veces se producen en magnitudes como la que se detectó en el invierno de 2004-2005 en esta zona, cuando la cascada estuvo fluyendo durante 40 días ininterrumpidos a una velocidad de unos cuatro kilómetros por hora.

Los científicos, pertenecientes a la Universidad de Barcelona (UB), el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y el Centro de Investigación del Fondo Marino de Perpiñán, explican que el volumen de agua que movió esta cascada es equivalente a la mitad de la descarga de todos los ríos que mueren en el Mediterráneo.

Este fenómeno excepcional se origina cuando el viento frío y persistente enfría las aguas marinas superficiales, lo que provoca que aumenten de densidad y, consecuentemente, se hundan masivamente y a gran velocidad formando masas de agua que discurren a través de cañones situados a miles de metros de profundidad.

Estas cascadas remolcan gran cantidad de agua y sedimentos, que erosionan el fondo, así como materia orgánica de alto valor nutritivo que sirve de alimento a las criaturas de los fondos abisales.

Las zonas del planeta en las que se producen un mayor número de cascadas submarinas son el Ártico y el Antártico, pues es también donde se registran las temperaturas más bajas.

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