Aunque se las considera una muestra del deterioro ecológico del planeta y del avance de los desiertos asiáticos, un grupo de científicos chinos y japoneses ha descubierto que las tormentas de arena, un fenómeno meteorológico que afecta cada vez más a Asia Oriental, juegan un papel positivo medioambiental, ya que neutralizan la lluvia ácida.
Según Wang Zifa, experto del Instituto de Física Atmosférica de la Academiade Ciencias de China y miembro del grupo investigador, el carbonato de calcio que contiene el polvo y la arena circulantes en estas tormentas ayuda a aumentar el PH de la lluvia desde 0,2 hasta 2,5, disminuyendo su acidez.
Otro de los beneficios de las tormentas de arena es que los abundantes iones férricos y cálcicos que esparcen en el aire acaban mejorando la cadena biológica de los océanos, cuando la lluvia y los ríos terminan llevando estas partículas al mar.
Este fenómeno meteorológico afecta cada primavera el norte de China, la Península Coreana y Japón. Pekín, por ejemplo, sufrió el año pasado 15 tempestades de este tipo -una de ellas fue declarada la peor en cuatro décadas- y espera un número similar este año, lo que traerá un empeoramiento de la calidad de su aire.