Dos nuevas especies de escarabajos confirman ser endémicas de la Península Ibérica

Los científicos pensaban hasta ahora que pertenecían a otra especie europea
Por EROSKI Consumer 5 de junio de 2011

Una investigación europea que ha contado con participación española describe dos nuevas especies de escarabajos de unos dos milímetros de longitud endémicos de la Península Ibérica. Los coleópteros se han hallado en arroyos del Pirineo y Prepirineo (de Guipúzcoa a Girona) y en la Sierra de la Demanda (Burgos). Hasta ahora, los científicos pensaban que pertenecían a otra especie europea.

«Estas especies, de distribución restringida, se habían confundido con otra europea de distribución más amplia (Hydraena saga) y se había ignorado por tanto su historia evolutiva independiente», explica Ignacio Ribera, uno de los autores del estudio e investigador del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF) de Barcelona.

«Hydraena diazi», una de las dos nuevas especies de escarabajos, se encontró en el Parque Natural del Montseny (Barcelona). Con una medida de entre 2,2 y 2,4 milímetros de longitud, el insecto también habita en los Pirineos y pre-Pirineos. El estudio, que se ha publicado en la revista «Zootaxa», confirma también la existencia de otra nueva especie, «Hydraena fosterorum», descubierta en otra cadena montañosa, en concreto en la Sierra de la Demanda (Burgos). Los individuos de esta especie, que también se encuentran en el norte del Sistema Ibérico (Sierra del Moncayo), miden entre 2,15 y 2,30 milímetros. Según Ribera, ambas especies «son exclusivas de arroyos bien conservados».

Lo que caracteriza a los insectos son sus órganos genitales masculinos y sus datos moleculares, además del endemismo de la Península Ibérica. «Lo más probable es que se hayan originado en las mismas zonas geográficas en las que ahora se encuentran, por lo que podemos utilizarlas para reconstruir su historia y biogeografía», destaca el investigador.

Para realizar la clasificación, los investigadores utilizaron una combinación de estudios morfológicos y genéticos. Los resultados demuestran que las pequeñas variaciones genéticas existentes entre las nuevas especies y su cercana distribución geográfica concuerdan con el modelo sugerido por Ribera. La investigación también sostiene que todas las especies -incluidas las dos nuevas-, que pertenecen al grupo de «Hydraena emarginata-saga», son el resultado de la fragmentación de un ancestro común que se expandió por el norte de la Península Ibérica hace medio millón de años. En la actualidad, los insectos permanecen en sus áreas de distribución originales.

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