El cambio climático amenaza la supervivencia de los osos polares

El calentamiento global les privaría de los grandes espacios de hielo donde cazan
Por EROSKI Consumer 20 de mayo de 2002

El futuro del oso polar, el rey del Ártico y el predador más voraz que hay sobre la tierra, se presenta más negro que nunca, según conservacionistas y ecologistas, quienes alertan de que el calentamiento de las zonas polares puede acabar con hábitat de los osos en las próximas décadas.

En particular, los conservacionistas dicen que el calentamiento global les privaría de los grandes espacios de hielo donde merodean para cazar sus presas, como por ejemplo las focas.

«Es vital que la gente comience a tomarse esa amenaza en serio», afirma Lara Hansen, científica del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), organización que publicó la semana pasada un informa sobre los peligros que afrontan los osos polares. Según Hansen, aunque el estatus de conservación de los osos polares no es el de especie en peligro, «ya es hora de empezar a pensar en la conservación».

«La gente no piensa en la conservación de las especies hasta que no quedan 500 ejemplares, pero en el caso de los osos polares tenemos una ventaja tremenda y es que estamos al principio del problema, por lo tanto podemos tomar medidas y podemos hacer algo para proteger a esta especie antes de que el número y su hábitat se hayan perdido y no se pueda hacer nada», señala.

Ian Stirling, experto en osos polares, asegura que pese a que la amenaza es a largo plazo, ya hay pruebas de que existe un problema. «Una población saludable de osos polares probablemente nos dice que el ecosistema como un todo es bastante saludable», dice Stirling, que trabaja en el Servicio Canadiense para la Naturaleza.

Entre 22.000 y 27.000 osos

La población actual de osos polares se sitúa entre los 22.000 y 27.000 ejemplares, divididos entre veinte poblaciones que varían en tamaño, desde unos pocos cientos a unos pocos miles en Alaska, Rusia, Canadá, Noruega y Groenlandia. El 60% de los osos viven en Canadá.

El número de ejemplares es similar a los de la era industrializada. La =ayoría del hábitat original de los osos polares sigue intacto, y no está habitado por el ser humano. Sin embargo, no hace falta ir al Ártico para causar problemas.

La combustión libera dióxido de carbono y otros gases a la atmósfera, atrapando calor y elevando la temperatura del globo, el llamado efecto invernadero. Este efecto se nota más en las regiones polares, según los científicos.

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