El casquete polar ártico corre peligro si la temperatura de Groenlandia aumenta más de tres grados

Esta es la conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores británicos mediante el empleo de avanzadas plataformas informáticas
Por EROSKI Consumer 8 de abril de 2004

El casquete polar ártico es susceptible de sufrir una disminución importante de su espesor si la temperatura media anual en Groenlandia aumenta más de tres grados centígrados antes de que finalice el siglo XXI. A esta conclusión han llegado tres investigadores británicos del Departamento de Meteorología de la Universidad de Reading, dirigidos por Jonathan Gregory, en un estudio que hoy publica «Nature».

Si este incremento de la temperatura fuera mayor, se traduciría también en una elevación del nivel global medio del mar, durante un periodo de mil años, según estos científicos, que han utilizado avanzadas plataformas informáticas para llevar a cabo 35 simulaciones. En caso de que las capas de hielo descargaran su masa en los océanos, se alteraría considerablemente la salinidad del agua, con lo que desaparecerían numerosas especies marinas.

Esta simulación de situaciones por medio de ordenadores es habitual en diversos centros de investigación de todo el mundo, pero hasta ahora no se había llegado a una conclusión tan definitiva.

Simulación de situaciones

Siempre, según este modelo teórico dirigido por el profesor Gregory, a partir de un incremento de sólo tres grados centígrados en la temperatura media de esa zona del planeta, la capa de hielo que cubre Groenlandia sufriría un progresivo deterioro, con la excepción de los glaciares residuales situados en las montañas. En el peor de los casos -que las temperaturas subieran como mínimo ocho grados centígrados por encima de la media anual- el casquete polar ártico desaparecería por completo.

Para realizar estos cálculos, los investigadores británicos se han apoyado en el informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), elaborado en 2001 por más de medio millar de expertos y que fue constituido a iniciativa de Naciones Unidas con el fin de dotar de una estructura científica a las negociaciones multinacionales sobre el calentamiento global del planeta, con el fin de reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero que, según se ha demostrado, tienen un importante papel en el incremento de las temperaturas.

Cabe recordar que la NASA inició el pasado año el estudio de la Antártida y de Groenlandia con ayuda del satélite «Icesat», que utiliza un láser para medir el espesor de hielo en estas dos zonas del planeta. De momento, los datos preliminares de las mediciones realizadas señalan que mientras las capas heladas de la Antártida experimentan un crecimiento, las de Groenlandia se están reduciendo progresivamente.

Una serie de cálculos científicos realizados con anterioridad al lanzamiento de este ingenio espacial que estará operativo durante, al menos, cinco años, concluían que durante los últimos decenios, el espesor de las capas heladas de Groenlandia había disminuido nueve metros. Las mediciones del láser del «Icesat», diseñado en la Universidad de Wisconsin, serán de gran ayuda para los investigadores que, no obstante, han conseguido avanzar considerablemente en sus trabajos con los datos conseguidos por otros ingenios, como el «Ramp».

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