El ecosistema polar más grande de Europa abrió ayer sus puertas en Faunia de Madrid (antiguo Parque Biológico) con aves oriundas de zonas antárticas y del Polo Norte, entre las que destacan los 35 pingüinos Rey, Papua, Magallánicos y Adelia, nunca vistos en el continente europeo.
En una nave de 54 metros de diámetro, edificada sobre un foso de siete metros de profundidad, se eleva el Ecosistema de los Polos, dotado de tecnología de última generación que posibilita, entre otras cosas, corrientes marinas, temperatura ambiente (cinco grados bajo cero) y una constante capa de hielo y tormentas de nieve (ocho toneladas diarias) que habrá durante todo el año.
En la instalación del Antártico de Faunia conviven desde ayer 35 pingüinos de cuatro especies diferentes: Rey, los menos comunes de encontrar y con casi un metro de altura; Adelia, que viven en condiciones de frío extremas; Magallánicos o tropicales, de unos 6 kilos de peso; y Papua, conocidos como juanitos e identificables por una sombra alrededor de los ojos en forma de triángulo.
Trece personas se ocupan de su cuidado permanente, suministrándoles diariamente 20 kilos de pescado y manteniendo las extremas medidas higiénicas que harán posible su vida fuera de su hábitat natural: purificación del aire cada hora (el oxigeno que respiran es más puro incluso que el del Everest); renovación, cada 40 minutos, de los más de 500 metros cúbicos de agua que contiene el tanque en el que viven; y un grado de salinización que permitiría sazonar casi 5 millones de raciones de paella.
Junto al Ecosistema Antártico, un microclima recrea el Ártico en el que habitan una treintena de aves provenientes de las costas del Pacífico Norte -Alaska en su mayoría- y entre las que destacan 17 frailecillos, únicos en España.
