El Oceanográfico de Valencia acogerá el nacimiento de la primera ballena beluga europea

La mortalidad natural de los cetáceos y la juventud de la madre hacen albergar pocas esperanzas sobre la supervivencia de la cría
Por EROSKI Consumer 4 de agosto de 2006

El primer parto en Europa de una ballena beluga en cautividad se producirá en el Oceanográfico de Valencia, según informó el jefe del equipo veterinario, Daniel García. Sin embargo, la «mortalidad natural» de los cetáceos y la juventud de la madre hacen que las posibilidades de supervivencia de la cría sean «limitadas».

El ejemplar hembra de beluga, llamado «Yulka» y que vive junto al macho «Kairo», alcanzó la madurez el pasado verano, a los ocho años de edad, y, poco tiempo después, los investigadores del parque consiguieron inseminarla con éxito. Así, «sólo el hecho de su estado es todo un logro», ya que suelen tardar entre uno y dos años en alcanzarlo. De hecho, «Yulka» es el ejemplar de esta especie más joven que dará a luz en cautividad en todo el mundo. Esta circunstancia, unida al hecho de que en los cetáceos no existe transferencia de defensas entre la madre y la cría, complica la supervivencia de la cría, cuyo nacimiento está previsto para mediados de septiembre.

Este acontecimiento resulta importante porque «no se conoce mucho sobre esta especie», según destacó el equipo de veterinaria. El nacimiento de esta cría servirá para «profundizar» en el estudio de las belugas, no sólo en el Oceanográfico, sino en muchos otros centros de estas características que se han interesado por este caso concreto. García, que reiteró el éxito que supone haber conseguido inseminar a «Yulka», señaló que el objetivo es «que la madre se haga cargo de la cría y la amamante durante los dos años de lactancia característicos de las belugas».

Las investigaciones que el laboratorio del parque lleva a cabo sobre «bioacústica» son una referencia mundial y, en este sentido, tanto «Yulka» como «Kairo», son estudiados en el marco de este proyecto de investigación «con el fin de comprender mejor su comunicación y protegerlos de la contaminación acústica».

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