
La conmemoración de un Día o un Año Internacional significa que su protagonista requiere la atención de los ciudadanos. Durante 2008, nuestro planeta es objeto de ambos eventos: el 22 de abril tenía lugar el Día de la Tierra, mientras que a lo largo de este año se celebra el Año Internacional del Planeta Tierra (AIPT), proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas. La física Gara Mora Carrillo (Madrid, 1978) representa la Unidad de Cultura Científica del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), que se encarga de las actividades del AIPT en España. Según esta experta, el objetivo de este evento es concienciar a la sociedad de la relación entre Humanidad y Planeta Tierra y resaltar la importancia de las Ciencias de la Tierra o Geociencias en la consecución de un futuro equilibrado y sostenible que aumente la calidad de vida y salvaguarde la dinámica planetaria.
Se desarrollará un Mapa Geológico Global digital a escala 1:1.000.000 con los mejores datos geológicos de cada país y de disposición públicaComo actividad científica podemos destacar la creación de una nueva revista científica, “Nature Geoscience“, y el proyecto “One Geology“. Gracias a esta iniciativa, se desarrollará un Mapa Geológico Global digital a escala 1:1.000.000 con los mejores datos geológicos de cada país y de disposición pública. También se fomentarán congresos científicos internacionales, becas, entre otras actividades.
En cuanto a las actividades de divulgación, destacaría la creación de Geo-buses, trenes y barcos (concretamente un tren de 18 vagones que viajará por la India), el estreno de un Fado sobre el AIPT en Portugal, un concierto de rock en Oslo, y en general, exposiciones y conferencias, publicación de libros, artículos y documentales de divulgación, colocación de paneles públicos, creación de Geoparques, etc.
La principal actividad es “Planeta Tierra”, una exposición itinerante del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) en la que se desarrollan, empleando medios audiovisuales, sensoriales e interactivos, los contenidos esenciales del Año Internacional. Cuenta con un sistema de proyección en forma de esfera, de casi un metro de diámetro, con el que se representa la Tierra y su dinámica. Como remate, la carpa dispone de un túnel que simula las entrañas de la Tierra, donde se pueden sentir los efectos de un terremoto, presenciar la erupción de un volcán y observar el discurrir de las aguas subterráneas por una cueva kárstica. Además, se distribuirán trípticos, CD y DVD didácticos e informativos y se ofrecerán conferencias y presentaciones científicas.
Actualmente, una de las mayores preocupaciones de la sociedad es el cambio climático. La situación actual, con un incremento rápido de la temperatura a nivel global, exige previsiones sobre la tendencia de este cambio y sus consecuencias. Para esto se necesitan conocimientos científicos multidisciplinares. También es importante conocer los suelos para aprovechar sus recursos de forma sostenible y segura, y descifrar las relaciones entre los factores naturales y la salud de la población. Y no podemos olvidarnos de los océanos, fuentes de innumerables recursos, y al mismo tiempo, excelentes indicadores de las condiciones ambientales globales.
En definitiva, nos falta aún mucho por conocer, y para ello es imprescindible atraer hacia estas disciplinas científicas a los más jóvenes, con el fin de garantizar la renovación de profesionales expertos para el futuro. Esto es especialmente importante en España, que corre el peligro de quedarse sin profesionales en esos campos.
El cambio climático exige previsiones sobre su tendencia y sus consecuencias. Para esto se necesitan conocimientos científicos multidisciplinaresHasta hace muy poco tiempo, la sociedad no ha tenido en cuenta la necesidad de aprovechar adecuadamente las riquezas de la Tierra, ni las verdaderas consecuencias de nuestra interacción descontrolada con el sistema terrestre. Los políticos se han estado ocupando de asuntos más inmediatos y que la gente les demandaba. Ahora empiezan a darse cuenta de la importancia de una buena planificación, aunque para reaccionar ha sido necesario encontrarnos con problemas urgentes, como el tsunami del Océano Índico, inundaciones en diversas partes del mundo o el devastador huracán Katrina. Parece que una gran mayoría de responsables institucionales empieza a ser consciente de que la clave para resolver estos problemas está en la ciencia.
La población mundial crece rápidamente y provoca cambios en el uso de las tierras y en las pautas de desarrollo. Por ejemplo, se construye en laderas con grandes pendientes en suelos inestables o en planicies aluviales (terrenos que se encuentran en cauces de ríos). El incremento de habitantes también genera el crecimiento insostenible de las llamadas megaciudades (ciudades con más de cinco millones de habitantes) en lugares propensos a sufrir catástrofes geológicas.
España corre el peligro de quedarse sin profesionales en Ciencias de la TierraResulta necesario que los investigadores en Ciencias de la Tierra le den al problema un enfoque multidisciplinar y que se relacionen con responsables institucionales para ayudarlos a que desarrollen los planes necesarios, aumente la conciencia pública, se minimicen los riesgos y se reduzca la vulnerabilidad de la población.
Los temas en los que se dividen los contenidos esenciales del Año Internacional, que afectan a todos los países del mundo, son aguas subterráneas, peligros naturales, océanos, clima, recursos naturales, Tierra profunda, megaciudades, suelos, Tierra y salud y Tierra y vida.
Una gran mayoría de responsables institucionales empieza a ser consciente de que la clave para resolver estos problemas está en la cienciaEn España siempre han tenido gran incidencia económica y humana las inundaciones y las sequías. En el caso de estas últimas resulta fundamental el desarrollo de la investigación en aguas subterráneas, un área fundamental dentro del IGME.
La sequía es un problema que afecta gravemente a una gran parte de España. Una forma de combatirlas sería mediante la utilización sostenible de las aguas subterráneas, que en estas zonas son incluso más abundantes que las superficiales. Las opciones para extraerla varían bastante según el lugar, las condiciones pluviales y la distribución de los acuíferos. Esta información se consigue acumulando datos durante décadas y organizándolos en mapas, en sistemas de información geográfica (SIG) y mediante modelos matemáticos que nos permiten analizar los efectos de las distintas maneras de gestionar el recurso.
Por otra parte, es muy importante proteger a las aguas subterráneas de la contaminación. El rápido aumento de la población, los cambios en la industrialización y los métodos de explotación agrícolas están introduciendo nuevos riesgos. Si las aguas subterráneas se contaminan, el proceso de descontaminación es caro y a muy largo plazo. El desarrollo de la ciencia y la tecnología es fundamental para evitar llegar a estos extremos.
En España siempre han tenido gran incidencia económica y humana las inundaciones y las sequías. En el caso de estas últimas resulta fundamental el desarrollo de la investigación en aguas subterráneasEl desarrollo debería ser sostenible, y las acciones humanas medioambientalmente neutras. Ahora, esto no es fácil si tenemos en cuenta que la población mundial habrá crecido al menos un 40% en 2050. Necesitamos que los responsables institucionales, así como las organizaciones públicas y la industria privada, empleen los estudios científicos en la toma de decisiones y que fomenten la creación de nuevos conocimientos y tecnologías para beneficio de todo el planeta. Para ello, sería necesario revisar los sistemas nacionales de educación y aumentar la capacidad investigadora de instituciones y universidades relacionadas con las Ciencias de la Tierra y el Espacio, promover la información y la concienciación entre el público, e invertir en mecanismos de control de la Tierra con el propósito de predecir cambios a gran escala. En este sentido, sería interesante crear un Centro de Investigación Internacional en Ciencias de la Tierra para el desarrollo sostenible.
El Año de la Ciencia no ha pasado inadvertido para muchas personas e instituciones que han organizado multitud de actos, ni para la enorme cantidad de ciudadanos que han participado. Sin embargo, es cierto que los medios de comunicación -como desgraciadamente ocurre con la ciencia en general- no le han dado la importancia que realmente ha tenido. El éxito de las iniciativas de divulgación de la ciencia depende sin duda de su diseño, pero sobre todo del eco que los medios de comunicación se hagan de las mismas.
El desarrollo debería ser sostenible, y las acciones humanas medioambientalmente neutras. Ahora, esto no es fácil si tenemos en cuenta que La población mundial habrá crecido al menos un 40% en 2050Las inversiones en I+D en España han crecido exponencialmente en los últimos años, pero estas inversiones funcionan en plazos diferentes que los ciclos políticos, y además, para que la sociedad sea consciente de los avances científicos es imprescindible que se acerquen a la ciencia, precisamente el objetivo del Año de la Ciencia. El trabajo realizado y las inversiones, por ejemplo en Unidades de Cultura Científica en ese evento, tendrán su reflejo en los próximos años.