Greenpeace lanza una guía para luchar contra la madera ilegal y la deforestación

Propone especies alternativas para no colaborar con la tala indiscriminada
Por EROSKI Consumer 5 de abril de 2008

Promover y orientar sobre el consumo de madera. Éste es el objetivo que persigue la «Guía de la Buena Madera» que ha lanzado Greenpeace y que está destinada a los sectores de arquitectura, decoración e interiorismo, y otros colectivos que prescriben madera, como responsables de contratación en la Administración Pública o empresas constructoras.

«Además de ejercer un consumo responsable de productos forestales, los ciudadanos debemos exigir a la Unión Europea que se tome realmente en serio la lucha contra la deforestación y que apruebe una ley que garantice que todos los productos de origen forestal presentes en el mercado provengan de fuentes legales y de una buena gestión forestal», declaró Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace España.

La organización ecologista afirma que elegir la «buena madera» significa colaborar con la gestión responsable de los bosques, que permite que estos sigan manteniendo su función de fijar CO2, principal gas de efecto invernadero responsable del cambio climático. Se estima que casi el 20% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero procede de la deforestación y la degradación forestal.

Greenpeace añade que consumir madera de origen sostenible contribuye además al desarrollo económico de las zonas rurales, al mantenimiento de los pueblos indígenas y a la calidad de vida de las poblaciones que viven en y alrededor de los bosques.

Cuatro categorías

La «Guía de la Buena Madera» ha seleccionado algo más de 30 especies muy comunes en el mercado español y las ha agrupado en cuatro categorías: maderas recomendadas (con sello FSC, la madera reciclada y el corcho), maderas aceptables (castaño, haya, roble, pino silvestre y laricio, nogal o bambú), maderas problemáticas (abeto, alerce, hemlock, eucalipto, pino radiata o cedro rojo) y maderas de alto riesgo (merbau, iroko, ipé, teca, wengué, jatoba, meranti o sapelli).

Los ecologistas destacan el importante papel que juega la certificación forestal FSC (siglas en inglés del Consejo de Administración Forestal) a la hora de asegurar que la madera procede de bosques bien gestionados, por lo que la guía identifica la disponibilidad en el mercado de las diferentes especies con este sello, así como las alternativas propuestas en caso contrario.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube