Investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) trabajan en el cultivo de algas unicelulares (Spirulina sp. y Nanochloropsis gaditana) en biorreactores y en medios porosos, para estudiar cómo estas plantas pueden contribuir a mitigar o reducir la concentración de CO2 en la atmósfera.
La investigación forma parte del proyecto CENIT SOST-CO2 «Nuevas utilizaciones industriales sostenibles del CO2», que tiene como objetivo abordar el ciclo de vida completo del CO2, desde su captura en las fuentes de emisión, hasta su transporte, almacenamiento y su valorización a gran escala, explica la UPM en un comunicado.
Los científicos implicados en el estudio estiman que las algas podrían jugar un papel importante en la producción de biomasa y en el marco del proyecto se han realizado varios experimentos encaminados a determinar, en primer lugar, la cantidad de CO2 que las algas pueden capturar en función de la concentración de gases en la atmósfera en la que se desarrollan y las condiciones de cultivo y en segundo lugar, la biomasa que pueden llegar a producir, con dependencia de la especie cultivada y el destino final de la producción (alimentos o biocombustibles).
Según sean los resultados alcanzados, el cultivo de algas a gran escala podría llevarse a cabo en grandes invernaderos ubicados en las inmediaciones de los puntos de emisión de los gases de efecto invernadero (GEI). De esta forma, «las algas actuarían como filtros biológicos que reducirían las emisiones de CO2 a la atmósfera. Como ventaja adicional, la biomasa obtenida podría servir para la obtención de productos típicos del cracking del petróleo», destaca la UPM.