Entrevista

Josep Peñuelas y Jofre Carnicer, expertos en ecología global

La escasez de petróleo ya comenzó en 2006
Por Alex Fernández Muerza 7 de abril de 2012
Img jofrecarnicer
Imagen: Jofre Carnicer

El mundo padece en la actualidad varias crisis globales. Además de la más conocida, la financiera, se encuentra la energética, protagonizada por un petróleo cada vez más escaso y caro, la humanitaria (unas 100.000 personas mueren al día por falta de recursos básicos), o la ambiental, marcada por el cambio climático o la pérdida de biodiversidad. Así lo señalan Josep Peñuelas y Jofre Carnicer, profesores de la Unidad de Ecología Global CREAF-CEAB-CSIC de la Universitat Autònoma de Barcelona. En su opinión, si entre todos no conseguimos un nuevo modelo que combata el fraude y apueste por el uso sostenible de los recursos, las energías renovables y el bienestar de las personas, las consecuencias podrían ser “traumáticas”.

Ustedes señalan que tras las crisis financiera actual podría venir otra peor por la escasez de petróleo y el incremento de su precio.

“La producción mundial de petróleo crudo llegó a su pico máximo en 2006”
La crisis por el encarecimiento del petróleo ya comenzó en 2006. La Agencia Internacional de la Energía (AIE), el principal organismo auditor de la energía en el mundo y organismo consejero del G-20, publicó en noviembre de 2010 que la producción mundial de petróleo crudo llegó a su pico máximo en 2006. Parece que no puede seguir el aumento de la demanda creciente de los países del primer mundo y emergentes (China, Brasil). La crisis financiera y la especulación en los mercados también influyen, pero por encima de ello se observa una tendencia clara al incremento continuado del coste del petróleo.

¿Qué efectos tendrá?

Más pobreza, diferencias entre la población y entre los países y conflictos generalizados.

¿Cómo se debería afrontar esta crisis?

Con respuestas cooperativas, multilaterales y coordinadas por parte de los estados. Necesitarán bastantes recursos económicos para financiar un cambio global hacia las energías renovables y la eficiencia energética en unas décadas.

¿De dónde puede salir esta capacidad financiera?

Según el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, el mercado financiero global tiene un tamaño de unos 2.000 billones de dólares, por un PIB global de cerca de 70 billones. Stiglitz y otros economistas proponen una reforma urgente del sistema financiero para financiar una transición del modelo energético-económico global.

¿Cómo debería hacerse esta reforma?

“Arreglar la crisis humanitaria global costaría quince veces menos que el gasto en armamento”
Entre otras medidas, con la aplicación progresiva y creciente de tasas globales a las transacciones financieras, la regulación estricta de los mercados “over the counter”, donde se produce gran parte de la especulación financiera, y el cierre de los paraísos fiscales. Otros economistas, como Heinrich Flassbeck (UNCTAD), apuntan a regular también los intercambios de divisas globales y crear un marco más equilibrado. Por ejemplo, el coste anual de una reforma global hacia energías renovables es, según la AIE, de unos 1,3 billones de dólares.

¿Es viable?

La respuesta de Stiglitz y otros economistas es que una tasa a las transacciones financieras global del 0,05% (cinco céntimos por cada 100 euros) aportaría estos recursos. Necesitamos un gobierno global efectivo, integrador y con alta capacidad ejecutiva, que se preocupe de los intereses de la gente y gestione la crisis energética.

Ustedes destacan también una crisis humanitaria.

Según la FAO, cerca de 100.000 personas mueren al día por hambre o enfermedades evitables asociadas a la pobreza o malnutrición. Los estados podrían arreglarlo con una inversión de 100.000 millones de dólares anuales, una nimiedad si se compara con los gastos anuales en armamento (quince veces más) o el mercado global en productos de lujo (diez veces más).

¿Cómo luchar contra esta crisis?

También con reformas financieras a escala global para financiar las infraestructuras necesarias y un estado del bienestar global. Y reducir, reutilizar y reciclar los recursos materiales si no queremos que la siguiente crisis asociada a una creciente población humana sea la de recursos no renovables, como el fósforo.

¿El fósforo?

Si no cambiamos la forma de usarlo tendremos un grave problema para alimentar a la población del mundo dentro de 20-30 años y tensiones geopolíticas por controlar sus depósitos minerales y su distribución.

¿Cómo valoran la suspensión de las primas a las energías renovables?

“Quitar las primas a las energías renovables ha sido una mala decisión”
Quitar las primas de manera brusca para solucionar un déficit tarifario de cerca de 20.000 millones de euros ha sido, según algunos expertos del sector, una mala decisión. Este déficit no se debe solo a dichas primas (7.300 millones de euros en 2011). También influye la retribución del sector hidráulico y nuclear, que reciben unos beneficios excesivos, 22.926 millones de euros desde 2006.

¿Habría que apoyar más a las renovables?

Las renovables son un objetivo urgente, un sector puntero en creación de empleo, estratégico ante la crisis energética y climática, y básico ante los riesgos de desabastecimiento y el alza del precio del petróleo. Sus inversores requieren un mínimo de apoyo y un marco estable y alentador. Esperamos que el gobierno sea capaz de que su próxima reforma legal (se espera en breve), siga a países como Alemania, donde muchos municipios y ciudades se acercan progresivamente al 100% renovable.

La central nuclear de Garoña podrá continuar más años operativa. ¿Hay que apostar más por esta energía?

Alemania y grandes multinacionales de la energía como Siemens la han dejado de lado, porque supone grandes costes económicos y muy importantes riesgos. Los efectos negativos de Fukushima en la economía japonesa han sido devastadores. Por no hablar de los residuos nucleares, para los que no hay un esquema sólido de gestión que abarque los miles de años que requieren.

Ustedes son expertos en el denominado cambio global. ¿Cuáles son sus principales manifestaciones?

El cambio global está ligado a un crecimiento exponencial de la población y del uso de recursos. Lleva a un gran cambio ambiental que se come al planeta a menos que esas tendencias varíen, y de momento no parece que ocurrirá. Solo se moderará cuando pase a ser limitante algún recurso. Pronto el petróleo, después el fósforo… Si no somos listos como especie (difícil porque somos un montón de genes egoístas andantes) estaremos ante un nuevo factor traumático.

¿Cómo se manifiesta este cambio global?

Con el cambio climático, la pérdida de diversidad biológica (y humana), los cambios en el uso del suelo, o la sobre fertilización del planeta con nitrógeno.

¿Son exageradas las críticas que se hacen sobre las “boinas contaminantes” de las grandes ciudades?

“El cambio global lleva a un gran cambio ambiental que se come al planeta”
Los estudios epidemiológicos muestran importantes efectos de la contaminación atmosférica en la salud de adultos y niños: incrementos significativos en los problemas cardiovasculares, problemas respiratorios, alergias y otros tipos de enfermedades. También afecta a las plantas, en especial a las más sensibles, que producen menos.

Su grupo de investigación ha estudiado el crecimiento de los bosques de la Península Ibérica. ¿A qué conclusiones han llegado?

Los bosques han respondido a los periodos largos de sequía recientes con pérdidas generalizadas de hojas (defoliación) en la cuenca del Mediterráneo. Se observan efectos negativos a niveles tróficos superiores (insectos y otros animales que se alimentan de las hojas) a gran escala, en las distribuciones altitudinales de los bosques por el incremento de la temperatura y cambios espectaculares en la fenología (las fases del ciclo vital) de plantas y animales. Un cambio importante a nivel local y global del planeta.

¿Qué habría que hacer para solucionar estas crisis?

Buscar pequeñas y grandes soluciones a todos los niveles, desde el individual hasta el internacional, y en todos los sectores económicos. En el ámbito global, la reforma y tasación del sistema financiero y la apuesta por las renovables es estratégico.

¿Y en España?

Reducir el fraude fiscal (estimado en un 20-25% del PIB) al menos a niveles del Norte de Europa (2-5%). Según los expertos se concentra en grandes fortunas, y muchas veces escondido en sociedades de inversión de capital variable (SICAVS). Este fraude contribuye mucho a un Gobierno sin capacidad para aplicar las reformas mencionadas. El tamaño del fraude fiscal supera de largo los recortes del Gobierno (de unos 40.000 millones de euros para este ejercicio).

¿Qué pueden hacer los consumidores frente a estos problemas ambientales?

“Es básico reducir el fraude fiscal en España (estimado en un 20-25% del PIB)”
Cambiar las pautas de consumo, como reducir, reutilizar y reciclar más, apostar por la energía verde (en empresas como Som Energia o Gesternova), o la banca ética (como Triodos), aumentar la eficiencia energética en las casas, consumir productos ecológicos y de proximidad, o invertir en energías renovables. Hay que pasar en lo posible a la acción. Ser más felices con lo que merece la pena y nos recompensa: la sonrisa, el buen trato, a nuestro entorno humano y ambiental.

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