La clonación por parte de un grupo de científicos estadounidenses de dos «banteng» o becerros de venado de Bali, un animal en serio peligro de desaparecer, ha abierto una nueva puerta a la salvación de todas aquellas especies en extinción, entre ellas el lince ibérico, por lo que a España respecta.
Ambos ejemplares nacieron los días 1 y 3 de este mes en el zoo de San Diego (California). El proyecto, realizado conjuntamente entre la Sociedad Zoológica de San Diego, un laboratorio de tecnología embrionaria de Iowa y la empresa de investigaciones genéticas Advanced Cell Technology (ACT), encontró algunas barreras cuando uno de los dos ejemplares empezó a tener problemas de salud.
Christina Simmons, una portavoz del Parque Zoológico de San Diego, explicó que se tuvo que sacrificar a uno de los dos ejemplares de «banteng» debido a que su salud había decaído hasta el punto de que el animal ya no tenía salvación. «Se hizo todo lo posible, pero no tenía remedio», agregó Simmons sobre el ejemplar de banteng, una especie de las selvas del sudeste asiático estrechamente vinculada a la vaca doméstica y que puede desaparecer en un futuro cercano.
«El nacimiento representa un importante avance para el desarrollo de técnicas que podrían aumentar la población de especies en peligro de extinción», señaló Simmons. Concretamente, en este caso, los «banteng» fueron clonados mediante células dérmicas de un macho que murió en 1980 y que estaban congeladas en el zoológico de San Diego. El ADN de estas células fue transferido a óvulos de vacas comunes con un objetivo: «mantener la biodiversidad».
«Con esta tecnología, tenemos la esperanza de que hemos abierto una senda encaminada a mantener la biodiversidad», comentó esperanzado el presidente de Desarrollo Médico y Científico de ACT, Robert Lanza.
El proyecto en un principio tenía tintes de éxito. En uno de los comunicados distribuidos por los impulsores de la iniciativa, se explicaba que ambos ejemplares nacieron sin muchos problemas mediante cesárea y que estaban activos. Comían con normalidad y constantemente eran vigilados por el personal científico de las tres instituciones que contribuyeron a su clonación.
Ahora, uno de ellos ha sido sacrificado, pero el otro continúa en estrecha observación por parte de los especialistas norteamericanos.