La mayoría de los países miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) se opusieron ayer a la reanudación de la caza comercial de estos cetáceos, en una votación realizada durante la reunión anual del organismo en Sorrento (sur de Italia).
Un total de 29 Estados de los 57 que integran la Comisión votaron en contra de permitir la pesca ballenera, frente a 24 que se mostraron a favor y con la «abstención forzada» de cuatro naciones a las que no les fue permitido votar por no haber pagado a la organización la cuota reglamentaria.
Para levantar la moratoria a la caza establecida en 1986 eran necesarios tres cuartos de los votos, por lo que si bien una mayoría simple de la facción ballenera no hubiera supuesto la reanudación de la pesca, sí hubiera permitido introducir cambios como la ampliación de la cuota en los programas de «caza científica».
Este reparto de fuerzas fue recibido con alivio por parte de las organizaciones ecologistas, que habían alertado del riesgo de que una mayoría del bloque de países balleneros paralizara los avances conservacionistas logrados en los últimos años.
El resultado de la votación supone además que, por cuarto año consecutivo, Japón no consiga introducir el voto secreto en el seno del organismo, una iniciativa que, según los ecologistas, hubiera afectado gravemente a la transparencia de la CBI.
En cualquier caso, el Gobierno japonés anunció de forma unilateral su intención de incrementar de 260 a 380 el número de ballenas capturadas «con fines científicos» en el Pacífico Norte. Esta cifra, unida a los 400 ejemplares que caza en la Antártida, convierte a Japón en el mayor pescador mundial de ballenas, por delante de Noruega, Rusia, Corea, China e Islandia.
Divididos históricamente
La Comisión Ballenera Internacional, fundada en 1946, es el único órgano reconocido para regular la caza de los grandes mamíferos marinos y tiene como objetivos «proporcionar una conservación adecuada a las poblaciones de ballenas» y «hacer posible el desarrollo ordenado de la industria ballenera».
Sus miembros han estado divididos históricamente en dos bloques, el de los países balleneros y el de los conservacionistas, aunque sólo en los últimos años los primeros han pasado a tener un peso casi igual a los segundos. Se da la circunstancia de que los balleneros reciben apoyos de otros países debido a que Japón les financia para conseguir votos en la CBI.