La dieta mediterránea también es buena para el medio ambiente

Varios estudios señalan que la dieta mediterránea, además de saludable, es sostenible y tiene una menor huella de carbono que la seguida en países anglosajones
Por Alex Fernández Muerza 20 de abril de 2015
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Imagen: USDAgov

La dieta mediterránea, además de aumentar la esperanza y la calidad de vida de quien la sigue, reduce el impacto ambiental en el clima, los hábitats o las especies en peligro. Así lo señalan varios estudios que destacan la importancia de adquirir hábitos de consumo alimenticios saludables y sostenibles. Este artículo apunta diversos datos que confirman a la mediterránea como una dieta con una menor huella de carbono, sana y sostenible.

Dieta mediterránea y huella de carbono

La dieta mediterránea tiene una menor huella de carbono que la seguida en países anglosajones
La huella de carbono, un concepto similar al de huella ecológica, intenta concienciar a los ciudadanos sobre las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que producen sus hábitos de vida y sus consecuencias en el cambio climático, así como las diferencias entre países.

La alimentación tiene un efecto considerable en el cambio climático. En EE.UU., uno de los países con mayor huella de carbono, los alimentos son responsables de al menos el 20% de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

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Imagen: wujekspeed

Diversos expertos recalcan la importancia de asumir dietas bajas en carbono, porque no todos los alimentos tienen el mismo impacto ambiental. La dieta mediterránea encajaría en este objetivo, según se desprende de un estudio científico publicado en fechas recientes en el Journal of Health Services Research & Policy por un equipo de investigadores del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva, la Universidad Jaume I de Castellón y la Universidad de Huelva.

El trabajo analiza la huella de carbono de los menús diarios del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva y los compara con los de otros países. En declaraciones a la agencia Sinc, una de sus autoras, Rosario Vidal aseguró que «podrían haberse servido igualmente en cualquier colegio, restaurante o casa española. Las recetas analizadas incluyen algunos platos tan típicos como gazpacho andaluz, pisto manchego, paella o puchero». En concreto, eran 448 comidas y 448 cenas para cubrir unas necesidades calóricas medias de 2.000 kilocalorías (kcal).

La huella de carbono media diaria del menú basado en la dieta mediterránea obtuvo 5,08 kilos de CO2 equivalente, frente a la huella media de Estados Unidos (entre 8,5 y 8,8) o la de Reino Unido (7,4) con la misma ingesta calórica.

La explicación de estas diferencias se debe, según los investigadores, a que la dieta mediterránea incluye una menor cantidad de carne de vacuno (uno de los alimentos con mayor huella de carbono) y muchas más frutas y verduras, que tienen una huella baja.

Alimentación sana y sostenible

La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) recomienda que las dietas, además de garantizar la salud y la seguridad alimenticia, sean también sostenibles. Los responsables de esta institución de Naciones Unidas consideran que una dieta saludable tiene que incorporar el factor ambiental para garantizar su acceso a toda la población presente y futura, además del componente de justicia social para un reparto equitativo de los recursos.

En este sentido, una dieta saludable como la mediterránea también beneficia al medio ambiente. Así lo asegura un informe del Barilla Centre for Food & Nutrition (BCFN), en el que se analiza el impacto de los procesos de fabricación, transporte y distribución de los alimentos. Sus responsables proponen una doble pirámide: a la clásica que señala los alimentos y las proporciones en las que tienen que ingerirse para llevar una alimentación buena para la salud, se le une otra que tiene en cuenta también si es buena para el medio ambiente.

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Imagen: BCFN

En el caso de la pirámide ambiental, los expertos del BCFN tienen en cuenta aspectos como el cambio climático (huella de carbono), el consumo de agua (huella hídrica) y el uso del territorio (huella ecológica). La dieta mediterránea combina de forma equilibrada ambas pirámides, por lo que se aconseja para los consumidores que quieran una alimentación saludable y sostenible.

La dieta mediterránea reduce las emisiones de CO2

Una dieta más saludable, ya sea mediterránea, vegetariana o basada en el pescado, además de aumentar la esperanza y calidad de vida, reduce las emisiones de GEI y el impacto en los hábitats y en las especies en peligro. Así lo señalaba el año pasado un artículo científico publicado en la revista Nature.

Los autores del trabajo, David Tilman y Michael Clark, ecólogos de la Universidad de Minnesota (EE.UU.), destacan la importancia de combatir el cambio climático cuidando la alimentación ya que, de seguir la tendencia actual, en 2050 será el primer emisor de GEI y supondría la deforestación de unos 1.000 millones de hectáreas para cultivos.

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Imagen: Hannamariah

Según Tilman y Clark, el cambio en la dieta podría aumentar la esperanza de vida una década, reducir las emisiones de GEI en una cantidad equivalente a la producida por el transporte y evitar la deforestación de una superficie equivalente a la mitad de los Estados Unidos.

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