Miembros de la Cátedra Lledró-Universidad Europea de Madrid (UEM) afirman que la iluminación navideña que utilice las nuevas bombillas de tecnología Diodo Emisor de Luz (LED) contribuye a reducir el consumo eléctrico. Estas bombillas también han demostrado ser mucho más seguras, ya que no tienen riesgo de cortocircuito con el agua ni queman al contacto con la piel, además de no emitir calor asociado a la luz, añadieron.
«La seguridad que proporcionan es un aspecto que se debe tener muy en cuenta, sobre todo en aquellos hogares donde hay niños», ya que, por sus características, «hace que no dañe por decoloración ni por riesgo de fuego el mobiliario donde se instalan», explicó el coordinador de la cátedra, José Luis Candía. A estas ventajas de seguridad, la directora de la cátedra y del máster universitario en Edificación Eficiente y Rehabilitación Energética y Medioambiental que se impartirá a partir de 2010 en el Centro Superior de Edificación, Susana Moreno, añadió las derivadas del ahorro energético y consumo.
«Se estima que una bombilla de estas características consume un 50% menos que una convencional, por lo que en tres años el consumidor recupera la inversión realizada», apuntó Moreno. La vida media de una LED es de 50.000 horas (con ocho horas diarias pueden durar hasta 13 años), por lo que en opinión de Candía, aunque haya que invertir «algo más de dinero» en adquirirlas, «a medio-corto plazo dan un retorno muy rápido de la inversión».
Las pasadas navidades se emitieron un total de 15.000 toneladas de CO2 a la atmósfera, por lo que Moreno indicó que «en la actualidad existe una necesidad e interés social por la búsqueda de la eficiencia energética y la sostenibilidad medioambiental, en la que el diseño debe estar unido». Asimismo, aseguró que «esta iluminación representa un papel muy importante tanto para la reducción de consumos como en los beneficios que supone para la salud, por lo que el hogar no puede quedar fuera de este contexto».