La ONU advierte del incremento de zonas carentes de oxígeno en los océanos a causa de los fertilizantes, la polución y los residuos

Estas áreas se están convirtiendo en serias amenazas para los bancos de peces y para las personas que viven de la pesca
Por EROSKI Consumer 12 de abril de 2004

Actualmente existen 150 «zonas muertas» o carentes de oxígeno en los mares y océanos del planeta debido a un exceso de nutrientes, en su mayoría nitrógeno, que se originan a partir de los fertilizantes agrícolas, las emisiones de vehículos e industriales y los residuos. Los bajos niveles de oxígeno en el agua hacen muy difícil la supervivencia de peces, ostras y otras criaturas del mar, así como de hábitats importantes como las praderas marinas. Así lo pone de manifiesto un nuevo informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en el que los expertos afirman que el número y tamaño de estas áreas desoxigenadas van en aumento desde la década de los 60 y desde 1990 hasta la actualidad se han duplicado, por lo que advierten de que se están convirtiendo rápidamente en serias amenazas para los «stocks» pesqueros y para las personas que tienen en las pesquerías su único sustento.

El Primer Anuario de Evaluación Ambiental Integral del PNUMA refleja algunos de los acontecimientos más importantes relacionados con el medio ambiente ocurridos durante 2003. Los asuntos tratados incluyen la entrada en vigor del Protocolo de Cartagena para organismos genéticamente modificados, el coste de los desastres naturales relacionados con el clima y los retos que existen para mejorar el abastecimiento de agua potable para más de un millón de personas en las zonas menos desarrolladas del planeta.

«Zonas muertas»

Pero los hallazgos de este informe se refieren a esa creciente «fertilización» de nuestro planeta y de áreas carentes de oxígeno en nuestros mares, que necesita de medidas urgentes. Mientras en algunas partes del mundo, como en muchas zonas de África, la escasez de nitrógeno reduce las posibilidades de cubrir la demanda de alimentos por parte de los agricultores, en muchas otras partes del globo el excesivo uso de estos productos está contribuyendo a la escalada de «zonas muertas».

Aunque se usen con cuidado, los fertilizantes -cuyo ingrediente principal es el nitrógeno- aplicados a cultivos se quedan en el suelo, y de ahí llegan a los ríos y luego al mar. Esto, combinado con nutrientes de las aguas negras y gases de nitrógeno provenientes de las emisiones de automóviles y fábricas, desatan la acción del nitrógeno en el mar. El nitrógeno actúa estimulando el crecimiento de algas en las aguas, y su rápido crecimiento, así como su descomposición por microorganismos que usan gran parte del oxígeno que hay en el sistema, crea un hábitat inhóspito para las criaturas marinas. Algunas de estas áreas son relativamente pequeñas, con menos de un kilómetro cuadrado de superficie, pero otras superan con creces los 70.000 kilómetros cuadrados.

Efecto cascada

Las causas de que se formen estas «zonas muertas» son, por lo tanto, variadas. Por ejemplo, en el Golfo de México el descenso del oxígeno viene dado sobre todo por el uso de fertilizantes en la agricultura, mientras que el problema en el Mar Báltico, el norte del Adriático, el Golfo de Tailandia, el Mar Amarillo y la Bahía de Chesapeake (Estados Unidos) es resultado de una combinación de fertilizantes, compuestos volátiles de nitrógeno procedentes de la quema de combustibles fósiles y el vertido de residuos. En España, existen también dos «zonas muertas» con eventos de descenso de oxígeno que ocurren anualmente relacionados con una estratificación en verano o en otoño. Estas zonas están situadas en el Atlántico, frente a las costas de Galicia, y en el mar Cantábrico.

La importancia del efecto cascada en el ciclo del nitrógeno -un mismo átomo de nitrógeno puede contribuir a que se produzca una secuencia de muchos y variados impactos negativos- se hace aún más evidente por la demostración de que está ligado a los cambios más relevantes que a escala global y regional se están produciendo en el medio ambiente: el agujero de la capa de ozono, acidez de suelos, calentamiento, contaminación de aguas superficiales y subterráneas y pérdida de biodiversidad.

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