La población autóctona de osos del Pirineo se reduce a dos machos adultos tras la muerte de la osa «Canela»

Muchos expertos creen que la raza está abocada a la extinción, aunque confían en la genética
Por EROSKI Consumer 29 de noviembre de 2004

La muerte de la osa «Canela» tras los disparos de un cazador ha reducido la población autóctona de osos del Pirineo a dos machos adultos: «Camille», de entre 20 y 22 años, que desde 1997 vive en Roncal (Navarra) y que hace incursiones en Ansó y Hecho (Aragón) y también en Francia, y «Aspe-Oeste», nacido entre 1995 y 1998, y que vive en el oeste del valle de Aspe (Francia). A esta exigua lista habría que añadir al osezno de «Canela», aunque el hecho de que su padre sea de origen eslavo impide incluirlo propiamente entre los osos autóctonos.

Desaparecida la única hembra del núcleo de osos autóctonos, muchos expertos creen que la raza está abocada a la extinción, aunque confían en la genética. «Por ley natural y teniendo en cuenta que un oso puede vivir 25 años, ‘Camille’ podría vivir entre tres y cinco años más y ‘Aspe-Oeste’, con menos de diez años, unos quince; y habiendo osos autóctonos algo se puede hacer», auguran lo más optimistas.

De quince a tres

En apenas una década, el oso pardo pirenaico ha pasado de quince a tres ejemplares. Además, uno de ellos es un híbrido entre un oso esloveno y «Canela». «En Navarra, el Gobierno realiza una política de protección del hábitat del oso pardo y de indemnizaciones por los daños que causa el animal. Es lo mismo que se hace en la zona osera de ambas vertientes del Pirineo, tanto en Aragón como en Francia. La única diferencia es que Navarra es más generosa en las indemnizaciones», señala Fernando Hualde, naturalista de origen roncalés que durante años ha formado parte del Fondo para la Conservación del Oso Pardo (FIEP).

En opinión de Hualde, el problema es que «esta política de protección no es suficiente al no existir una política de recuperación. Es lo que hacía falta para que el oso pardo pirenaico saliera adelante: proteger el hábitat, reforzar la población con osos jóvenes, hembras, etc. Lo contrario es un funeral de primera para los osos que hay».

En esta misma línea, Ángel Luis de Miguel, alcalde de la localidad navarra de Isaba, en cuyo término pasa más tiempo «Camille», afirma que «la solución está en trabajar genéticamente y con viveros. Salvaguardar los genes es la solución. Así lo vemos en los Pirineos y no aceptamos que nos digan que no hay solución o que la solución es lo que se hace».

Salvar los genes

A la hora de analizar el futuro y las acciones que habría que llevar a cabo imposibilitada la reproducción natural, se habla de salvar los genes. La duda es sobre los pasos a seguir: aislando los ejemplares autóctonos y trabajándolos genéticamente, o introduciendo hembras de otras zonas. También en este caso surge la controversia, ya que mientras todos defienden que las hembras procedan de Cantabria (son las que más se parecen genéticamente), otros subrayan que es más fácil traerlas de Eslovenia.

«En su día Francia trajo doce ejemplares y visualmente son iguales, aunque la genética cambia algo. Los de Cantabria son más parecidos genéticamente y se alimentan igual, pero al haber tan pocos allí no se puede prescindir de ninguno y en Eslovenia la población es excedentaria», explica Hualde.

De Miguel, por su parte, plantea dudas sobre esta política. «Los traen de Eslovenia porque es más barato, pero esto no es salvar al oso pardo pirenaico sino al oso pardo y entonces no pueden llamarlo plan de recuperación del oso pirenaico», sostiene el alcalde de Isaba, que pone como ejemplo a China y las acciones para mantener el oso panda.

Lo que está claro es que las osas introducidas desde Eslovenia se han adaptado sin problemas al Pirineo y así lo demuestran las crías que han tenido las hembras y su subsistencia, lo que auguraría éxito a una política de relación entre los diferentes núcleos de osos pirenaicos.

En cualquier caso, los trabajos que se van a llevar a cabo tras la muerte de «Canela» todavía no se han definido. Javier Forcada, responsable de la sección de Hábitats del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, precisa que la respuesta definitiva la dará el Gobierno francés antes de fin de año. «Es el compromiso que ha alcanzado para actuar en el Pirineo occidental, oriental y central», señala el representante navarro.

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