Las capturas accidentales representan un gran problema para la supervivencia de los mamíferos marinos, según los científicos

El Golfo de Vizcaya y el Atlántico norte son dos de las zonas en que este riesgo resulta más grave
Por EROSKI Consumer 25 de abril de 2007

Los mamíferos marinos se enfrentan a la actualidad al gran peligro de las capturas accidentales, un problema que se ha convertido en foco de atención de los científicos que investigan a los cetáceos, según señalaron expertos reunidos en el Congreso Internacional de Cetáceos, que tiene lugar esta semana en San Sebastián. El riesgo es especialmente grave en el Golfo de Vizcaya y el Atlántico norte.

Además de a la contaminación marina, los cetáceos se enfrentan a un problema al que los científicos intentan dar solución: las capturas accidentales, sobre todo en el Golfo de Vizcaya y el Atlántico norte, en cuya resolución también está interesado el sector pesquero. Con este objetivo, la Sociedad Española de Cetáceos (SEC), el centro tecnológico vasco AZTI-Tecnalia y el Centro Oceanográfico de Vigo trabajan, junto a investigadores de Francia, Irlanda y el Reino Unido, en la elaboración de un estudio para calcular en qué proporción afectan las capturas accidentales a los mamíferos marinos y poder determinar así si existe riesgo para alguna de sus especies, explicó Erika Urquiola, presidenta de la SEC.

Resulta importante establecer el alcance de este problema, al que se une el de las muertes de ejemplares que colisionan con los barcos, indicó Urquiola. «Muere una cantidad relevante de animales, pero si la población también es grande quizá no sea una amenaza tan extremada como la de la anchoa», explicó la investigadora, que precisó no obstante que la alteración de una especie puede acabar afectando al resto por su incidencia en la cadena alimenticia.

Actualmente hay diferentes proyectos en marcha y «buenas perspectivas» de que se encuentren soluciones, según apuntó Santiago Lens, investigador del Instituto Español de Oceanografía. Sin embargo, admitió que las fórmulas encontradas hasta el momento son «costosísimas». Así, el coste de la utilización de aparatos que emiten señales acústicas para alertar a los cetáceos puede superar al de la pesquería en sí, detalló.

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