Las tortugas marinas del Pacífico, en peligro de extinción

La pesca comercial y la destrucción de sus áreas de anidación amenazan a esta especie de 150 millones de años de antigüedad
Por EROSKI Consumer 24 de abril de 2002

Las gigantescas tortugas marinas del Pacífico están empezando a extinguirse. La pesca comercial y la destrucción por el hombre de las áreas de anidación en las playas amenazan con acabar con una especie que lleva 150 millones de años habitando la Tierra, según los investigadores que participan en la Conferencia Internacional para la Supervivencia de la «Leatherback» ( un tipo de tortuga marina) en Monterrey (México).

«Sólo un puñado de hembras volvieron el año pasado a las playas de anidación en la costa del Pacífico, frente a los miles que lo hicieron hace sólo veinte años», dijeron los científicos.

Este encuentro, que comenzó ayer, tiene como objetivo reunir a biólogos marinos, ecologistas, y representantes de la industria pesquera para buscar medios que garanticen la supervivencia de las únicas tortugas de mar sin caparazón.

El investigador de la Universidad Drexel de Filadelfia, James Spotila, asegura que el actual descenso del número de tortugas marinas del Pacífico es un ejemplo de la mayor extinción de una población de animales vista desde hace muchos años. Su desaparición es casi tan rápida como la extinción del bisonte en América del Norte en el siglo XIX, añadió Spotila.

En la actualidad, hay unas 30.000 tortugas «leatherbacks» nadando en todos los océanos del mundo, frente a las alrededor de 115.000 que había en la década de los ochenta, señalaron los científicos. Las tortugas pueden alcanzar los 2,7 metros de longitud y pesar unos 900 kilos. Las hembras van a las playas una vez al año para dejar sus huevos.

Pero es en el Pacífico donde su situación es más alarmante, ya que su número se ha reducido a unos 3.000 desde los 91.000 de hace veinte años. Esto crea una espiral descendente donde cada vez quedan menos hembras para reproducirse, dejando a las tortugas «leatherback» nadando hacia un futuro incierto, apuntaron.

La pesca comercial y la urbanización de sus zonas de anidación son sus principales enemigos. Así, según explicaron los expertos, un barco puede lanzar miles de anzuelos con cebos en cientos de sedales que suman 96 kilómetros de longitud, en los que se enredan las tortugas marinas, focas y otros animales marinos, además de los peces espada y atunes, objetivo de la pesca.

En tierra, el principal problema viene de la rápida urbanización de hoteles y recintos turísticos que invaden las playas donde las tortugas depositan sus huevos.

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