Los animales exóticos no son regalos navideños

La compraventa ilegal de animales exóticos es un grave delito ambiental que causa un doble daño a la naturaleza
Por Alex Fernández Muerza 18 de diciembre de 2013
Img mapache hd
Imagen: Gollibolli

Algunas personas regalan en Navidades animales exóticos, como mapaches, cotorras argentinas o ranas toro, procedentes de contrabando. Esta acción constituye, además de un delito, un doble daño al medio ambiente: por una parte, nueve de cada diez de estos animales muere antes de llegar a su destino; y por otra, muchos acaban abandonados y mueren, o se convierten en especies invasoras que dañan el entorno local. Este artículo explica que los animales exóticos no son un buen regalo, que el contrabando de especies es un grave delito ambiental y cómo combatirlo.

Los animales exóticos no son un buen regalo

Internet se ha convertido en un lugar de mercadeo «masivo» de especies exóticas invasoras como mascotas. Así lo denuncia la organización conservacionista WWF. Animales como el mapache, el coatí, la cotorra argentina, la cotorra de Kramer, el galápago de Florida, la serpiente de maizal, la rana toro, el sapo marino o la rana de uñas africana, entre otras, se compran y venden de forma ilegal con total impunidad.

Internet se ha convertido en un lugar de mercadeo «masivo» de especies exóticas invasoras como mascotas, según WWF
En Navidades, además, se dispara el consumo de mascotas como regalo, advierte Laura Moreno, responsable del Programa de Especies de WWF España. «Los ciudadanos interesados en adquirir una mascota deberían actuar de manera responsable. Los animales no son juguetes, son una gran responsabilidad para el ciudadano y para el medio ambiente», subraya esta experta.

Los anuncios de Internet, según WWF, recogen ofertas de profesionales y particulares. En apariencia, la mayor parte de las ilegalidades proceden de ciudadanos que no cumplen la ley, al no estar registrados ni dados de alta como núcleos zoológicos. Los responsables de la ONG conservacionista han detectado también anuncios de profesionales que ofertan todo tipo de especies, incluso algunas prohibidas.

El tráfico de especies, además de ser ilegal, causa un doble daño ambiental. Por un lado, la disminución de ciertas especies, en especial las amenazadas con el peligro de extinción, afecta negativamente a la biodiversidad y provoca el incremento de las plagas. Los contrabandistas utilizan pésimas condiciones de captura, transporte y manipulación: solo uno de cada diez animales capturados sobrevive. Conscientes de ello, estos delincuentes ambientales elevan el número de capturas, de forma que la situación se agrava aún más.

Por otro lado, muchos de estos animales convertidos en mascotas acaban muertos o abandonados porque sus dueños no pueden o no saben cuidarlos. Una casa, un entorno, un clima ajeno a una especie exótica no ofrecen las condiciones adecuadas para estos seres vivos. Algunas de estas especies liberadas en un área a la que no pertenecen se convierten en invasoras, con los consiguientes daños ambientales y económicos para la zona. En España, el Ministerio de Medio Ambiente (MAGRAMA) ha recopilado un Listado y Catálogo de Especies Exóticas Invasoras, en el que se destacan las más peligrosas.

El contrabando de especies, un grave delito ambiental

El contrabando de especies se ha convertido en la segunda causa de degradación de los ecosistemas, según la Organización de Naciones Unidas (ONU). En España, cada año se abandonan 200.000 animales que causan un grave perjuicio a la naturaleza y a la sociedad, recuerda WWF.

España además es un país especialmente afectado por este problema: su estratégica situación como lugar de paso entre América, África y Europa hace que por su territorio circule el 30% de todo el contrabando ilegal de especies, según estimaciones de Traffic, una red internacional para el seguimiento del comercio internacional de especies y sus restos y productos derivados.

La Convención de Comercio Internacional sobre Especies de Fauna Salvaje y Flora en Peligro de Extinción (CITES) se encarga de prohibir el comercio internacional de especies amenazadas y reglamentar y vigilar el comercio de las que puedan estarlo. Desde la aprobación de la CITES, en 1973, el tráfico de especies amenazadas constituye un delito. En la Unión Europea (UE) puede suponer penas de cárcel de varios años. Sin embargo, las bajas multas para los infractores y la vulnerabilidad de los responsables de control aduanero facilitan la labor de las redes de contrabando. España, además de ser uno de los países firmantes de CITES, aprobaba el 2 de agosto el Catálogo español de especies exóticas invasoras, mediante el Real Decreto 630/2013, donde se incluyen todas las especies prohibidas.

Cómo combatir el contrabando de animales exóticos

Los expertos en contrabando de especies proponen diversas medidas para combatir este problema, en especial cuando se trata de exóticas invasoras:

  • Denunciar a las autoridades si se detecta uno de estos casos: instituciones como el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil), el Servicio de Aduanas de Comercio Exterior o el Ministerio de Industria y Comercio agradecen cualquier información que pueda servir para detener a los contrabandistas y sus redes.
  • Poner en marcha un plan serio de inspecciones que involucre a todas las instituciones con competencias en la materia.
  • Concienciar a los consumidores de la importancia de no comprar animales exóticos. WWF ha puesto en marcha en este sentido la campaña #NoSonJuguetes.
  • Si se quiere un animal, es preferible adoptarlo a través de protectoras de animales. Si no, al menos adquirirlo en establecimientos que ofrezcan toda la información y las garantías legales.

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