Los biocarburantes reducen sólo el 3% de CO2 a costa de casi duplicar el precio de los cereales

Los países más industrializados han apostado fuertemente por este combustible ecológico
Por EROSKI Consumer 9 de diciembre de 2007

La utilización de biocarburantes, elaborados a base de cereales y aceites vegetales, como alternativa a los carburantes convencionales, presenta hasta el momento unos resultados poco alentadores, según señalan los expertos. El recorte de CO2 que generan no supera el 3%, mientras que los precios de los cereales, por efecto del aumento de la demanda, prácticamente se han duplicado en poco más de 18 meses.

Desde hace algún tiempo muchos países, principalmente los más industrializados y los grandes productores agrícolas, han apostado fuertemente por los biocarburantes. Se trata de los denominados biocombustibles de primera generación. Los de segunda generación serían aquellos obtenidos a partir de otros materiales no destinados primariamente a usos alimentarios.

Estos biocarburantes mezclados en cierto porcentaje -actualmente en torno a un 5% con los actuales motores- con combustibles fósiles (el etanol se usaría en la gasolina y el biodiésel en el gasóleo) emiten menos CO2 a la atmósfera.

La opción política a favor de este tipo de combustibles más ecológicos ha sido adoptada de un modo muy decidido con gran difusión mediática y con cierta precipitación, al no venir acompañada de estudios rigurosos que valoren adecuadamente las consecuencias que pudieran derivarse sobre los productos de alimentación, según el estudio _Análisis de la actual estrategia europea en materia de biocarburantes. Otras verdades incómodas_, elaborado por el catedrático de Economía Agraria de la Universidad Politécnica de Madrid, Carlos Tió Saralegui.

A su juicio, los biocarburantes apenas pueden desarrollarse en condiciones competitivas con los actuales precios de las materias primas, a pesar de las subvenciones estatales. Además, el elevado precio del petróleo aumenta los costes de producción de los biocarburantes, ya que utilizan mucha energía fósil en su elaboración. Un reciente informe de la OCDE destaca que el desarrollo de los biocarburantes no logrará una reducción mayor del 3% de CO2, pero sí tendrá un fuerte impacto en la economía y en el medio ambiente.

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