La marea negra causada por el fuel derramado por el petrolero «Prestige» amenaza con extenderse a las rías de La Coruña, Ferrol y Muros, después de arrasar 200 kilómetros de las playas y acantilados de la Costa de la Muerte. Las desfavorables condiciones meteorológicas amenazan con acercar al litoral gallego una mancha de fuel de cerca de 10 kilómetros cuadrados, aún mayor que la que ya ha provocado unas pérdidas que las primeras estimaciones sitúan al menos en 90 millones de euros y que aumentan cada día en otros siete millones de euros, aunque expertos de la Administración esperan que llegue más diluida dada la distancia -unas 70 millas- que tiene que recorrer.
Ayer empezaron a detectarse las primeras manchas de combustible en las dunas de Corrubedo, un chocante paisaje sahariano en plena costa gallega, protegido por su carácter de reserva natural, y los patrones de todas las embarcaciones de Muros intentaron dispersar con sus buques, en una maniobra desesperada, una mancha menor que se acercaba a sus costas. Los responsables de una piscifactoria, en la que se produce el 25% del rodaballo de todo el mundo, sólo pueden mirar hacia el mar, con el temor de ver aparecer restos de fuel que acabarían con los más de un millón de ejemplares que conservan, con un valor estimado en cerca de 15 millones de euros. También colabora en las tareas de extracción de combustible un buque enviado por Francia, el país que ha respondido con más celeridad a las peticiones de colaboración formuladas por España.
La alerta se extendió a lo largo de la jornada a todo el litoral. En las rías de Ferrol y La Coruña se instalaban de nuevo las barreras protectoras mientras la Casa de los Peces, recientemente inaugurada simbólicamente junto a la Torre de Hércules, a pocos metros de donde embarrancó el Mar Egeo, ha extremado las precauciones para evitar que la marea negra afecte a sus inquilinos. El alcalde de la ciudad herculina, Francisco Vázquez, sugirió que se bombardeara el petrolero con fósforo, convencido de que el fuego minimizaría las consecuencias de un hipotético naufragio.
El edil anunció que el Ayuntamiento coruñés se personará en la causa abierta contra el capitán del buque, el griego Apostolos Manguras, que permanecía ayer en prisión, acusado de desobediencia a la autoridad y delito ecológico, con una fianza de tres millones de euros. También ejercerán la acusación particular las Cofradías de pescadores de las localidades afectadas.
Mientras tanto, el petrolero seguía ayer siendo remolcado en dirección suroeste a la espera de una decisión sobre su destino. El armador es partidario de trasvasar el combustible que aún guarda en sus bodegas a otra embarcación, alternativa apoyada por los grupos ecologistas. A última hora de la tarde de ayer, el «Prestige» estaba a 102 millas de la costa. Se calcula que el barco ha vertido entre 3.000 y 4.000 toneladas de las 77.000 que transporta.
Subida del marisco
La marea negra del barco no sólo amenaza a la costa gallega sino también a los mercados de todo el país. Aunque todavía es pronto para evaluar cómo afectará a la ley de la oferta y la demanda, los distribuidores de marisco consideran que es casi segura la subida de precios de estas preciadas especies marinas a consecuencia de los daños causados por el vertido de fuel. Además, coinciden en que el accidente se ha producido en el peor momento, ya que se acerca la época del año de mayor consumo: las Navidades.
En opinión de Manuel Lestón, responsable de un establecimiento de mariscos guipuzcoano que distribuye percebes, almejas y mejillones de Galicia, se acercan unas fechas difíciles. «Normalmente el precio sube, porque hay mucha demanda y poca oferta. Y con lo que está pasando, lo más lógico es que el producto se encarezca», comenta.
Los mariscadores llevan cuatro jornadas sin faenar en la Costa de la Muerte, caldo de cultivo del mejor percebe, según los expertos. Iván Azpiroz, distribuidor de marisco gallego, está muy preocupado, ya que vaticina la escasez de producto: «Hasta ahora no ha habido mucho, y con lo que ha pasado, faltará género». E irremediablemente, aumentará el coste. «Ya de por sí en Navidades el precio de algunos productos sube entre el 40 y el 60%, así que este año se notará», comenta. Así, es posible que el sector se dirija hacia otros países: «Ya se trae almeja de Francia, de Túnez, Turquía y de Italia. El problema está en que la demanda sube muchísimo en Navidades».