Más de 100 manchas fragmentadas de fuel avanzan hacia el Cantábrico

Dos nuevos regueros de combustible han sido detectados en la zona del hundimiento
Por EROSKI Consumer 29 de diciembre de 2002

Las 5.000 toneladas de chapapote del ‘Prestige’ que se cernían sobre Galicia se alejaron ayer del litoral, empujadas por vientos del norte-noroeste que sembraron la alarma en el Cantábrico y Francia. La temida mancha avanzó en esa dirección durante toda la mañana, mientras se acentuaba su proceso de descomposición, circunstancia que dificultará sobremanera la recogida del combustible. No obstante, la situación mejoró algo por la tarde, gracias a que el tiempo empujó el fuel hacia el norte.

La preocupación de los especialistas va en aumento. Ahora se enfrentan a más de un centenar de ‘sombras’ erráticas, diseminadas por una amplia zona al norte de la Estaca de Bares (Lugo). La más cercana se encontraba ayer a 53 millas de ese punto y la más alejada, a 83. Es un caos de muy difícil contención por los barcos que recogen el chapapote, muchos de los cuales no pudieron zarpar en los últimos días debido a las inclemencias meteorológicas,

Aunque los gallegos se dieron un respiro, volvieron a aparecer algunas concentraciones de combustible en el área de Finisterre. Las pocas embarcaciones que pudieron hacerse a la mar -las condiciones meteorológicas no eran buenas- retiraron 1,5 toneladas de ‘galletas’ de fuel. Los marineros de las cofradías de Vigo, Cangas y Baiona limpiaron la Ría de Vigo de ‘bolitas’ que se habían desprendido de las rocas como consecuencia del temporal.

El desánimo cundió entre los voluntarios que habían limpiado las playas de Carnota y Muxía, las más afectadas por la catástrofe, y Cangas, donde se detectaron nuevos restos de contaminación. Las calas del Cantábrico ofrecían, en líneas generales, una imagen de limpieza y tan sólo se detectaban grumos dispersos en la zona comprendida entre el municipio de Suances y el límite con Asturias. Desde el primer día de la catástrofe se han retirado en tierra 28.750 toneladas de chapapote.

En el lugar del hundimiento del ‘Prestige’ se divisaron ayer dos nuevos regueros de combustible, uno de 200 metros de largo y otro de media milla. En los próximos días, el batiscafo ‘Nautile’ reanudará el sellado de grietas en el pecio, una labor que había tenido que interrumpir debido al temporal. Hasta ahora, los tres tripulantes sólo han logrado taponar dos fisuras en la proa, pero las de popa continúan abiertas, si bien la intensidad del vertido se ha reducido.

En tierra, la llegada del fin de semana, en plenas vacaciones navideñas, multiplicó otra vez el contingente de voluntarios. La Xunta de Galicia informó que ayer limpiaban el litoral 8.335 personas, de las que 4.552 eran ciudadanos que colaboraban de forma altruista. Las poblaciones costeras se llenaron de gente llegada en vehículos particulares, autobuses o en trenes.

Las autoridades han tomado precauciones después de que el fuerte oleaje arrastrara el viernes a dos voluntarios. En la costa Finisterre han fijado un periodo de trabajo que abarca, precisamente, las cuatro horas de la bajamar. El personal desplazado a las islas Cíes y Ons también fue devuelto a tierra debido al mal tiempo.

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