Modifican genéticamente álamos para que absorban más TNT de aguas y suelos

Este contaminante se encuentra en amplias zonas de Europa y Estados Unidos
Por EROSKI Consumer 15 de enero de 2009

Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha conseguido modificar álamos para que sean capaces de descontaminar aguas y suelos con restos de TNT (trinitrotolueno). Altamente tóxico y de difícil eliminación, este contaminante se encuentra en amplias zonas de Europa y Estados Unidos a consecuencia, sobre todo, de las diferentes guerras y la fabricación de armamento.

Los científicos han modificado genéticamente los citados árboles para que sean más resistentes al contaminante y logren absorber más cantidad del mismo. Las plantas actúan ante el TNT filtrándolo y convirtiéndolo en una sustancia inocua que se deposita en los tejidos vegetales. Si bien todos los árboles tienen enzimas que atacan a los contaminantes, su eficiencia es superada por la de algunos microorganismos, por lo que la capacidad del árbol se puede mejorar si se le transfieren estos últimos. Así, investigadores de la Estación Experimental del Zaidín, en Granada, y del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia, en Santiago de Compostela, ambas instituciones pertenecientes al CSIC, han incorporado al álamo temblón el gen pnrA de la bacteria «Pseudomonas putida», que tiene un alto índice de reducción de TNT y de otros compuestos nitroaromáticos.

Los nuevos álamos toleran hasta 57miligramos de TNT por litro (mg/l) y más de 1.000 miligramos por kilo (mg/kg) de suelo antes de que su crecimiento se detenga, frente a los 11 mg/l y 500 mg/kg de los no modificados. Además, muestran un mayor poder de absorción ante altas concentraciones de contaminante. Así, la incorporación del gen de la bacteria mejora la capacidad del álamo para tolerar, crecer y eliminar TNT tanto de aguas como de suelos contaminados donde la biodisponibilidad del contaminante es reducida. Una vez absorbido por las raíces, es muy poco el TNT que es transportado al tallo, por lo que la caída de hojas o su consumo por herbívoros no suponen ningún riesgo, afirman los investigadores.

Aunque todavía se encuentra en fase experimental, la biorremediación con árboles se considera una alternativa prometedora. Estos tienen una resistencia intrínseca a muchos contaminantes, bajos requerimientos nutricionales y un largo ciclo de vida. No obstante, el método no es perfecto. «Una de las limitaciones del uso de la fitorremediación es que es un proceso lento, que podría tardar cinco, diez o más años. Además, hay un umbral máximo de contaminación para la planta y, por otro lado, no está del todo claro qué pasa con los derivados del TNT una vez absorbidos por la planta o cuando ésta muere», reconoció Pieter van Dillewijn, de la Estación Experimental del Zaidín.

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