Bruselas pide incluir varios fármacos en la lista de químicos peligrosos en las aguas

Aunque no cuestiona el valor médico de esos medicamentos, cree necesario vigilar su incidencia en el medio ambiente
Por EROSKI Consumer 1 de febrero de 2012

El Ejecutivo comunitario propone extender la lista de químicos sometidos a vigilancia y cuya presencia en aguas de ríos, lagos y aguas costeras comunitarias puede ser peligrosa a 15 nuevas sustancias, entre ellas, por primera vez, varios productos farmacéuticos. La Comisión Europea (CE) advierte de que no cuestiona el valor médico de los fármacos señalados, pero cree necesario vigilar su incidencia en el medio ambiente, tal como recomiendan informes científicos recientes.

Bruselas pide en concreto añadir al listado sustancias fitofarmacéuticas (aclonifén, bifenox, cipermetrina, dicofol, heptacloro y quinoxifeno), biocidas (cibutrina, diclorvós y terbutrina), industriales (ácido perfluorooctanosulfónico -PFOS- y hexabromociclododecano -HBCDD-), derivados de la combustión (dioxina y policlorobifenilos similares a las dioxinas) y farmacéuticas (17 alfa-etinilestradiol -EE2-, 17 beta-estradiol -E2- y diclofenaco).

Lo que defiende la CE al proponer que se incluyan estas sustancias en el listado es que se obligue a la desaparición progresiva de los vertidos de estos productos en un plazo de 20 años. «La contaminación del agua es una de las preocupaciones más frecuentes de los ciudadanos europeos. Las 15 sustancias químicas adicionales deben vigilarse y controlarse para asegurar que no plantean ningún riesgo para el medio ambiente o la salud pública», ha declarado el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik.

Sobre la inclusión por primera vez de sustancias farmacéuticas, Bruselas quiere dejar claro que «no se cuestiona el valor médico» de los productos señalados, sino que se pretende «abordar los posibles efectos perjudiciales» de su presencia en el agua. Las concentraciones superiores a los límites propuestos pueden afectar a la salud de los peces, por ejemplo al reducir su capacidad de reproducirse con éxito, además de dañar a otros organismos vivos, según dice la CE en su comunicado, en el que admite que su «conciencia de la incidencia de las sustancias farmacéuticas en el medio ambiente ha aumentado considerablemente en los últimos años».

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