Praderas marinas: por qué hay que salvarlas

Las praderas marinas, los ecosistemas más amenazados del planeta, son esenciales para la pesca o para mitigar el cambio climático
Por Alex Fernández Muerza 29 de septiembre de 2014
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Imagen: Matt Kieffer

A cada hora que pasa, un área de pradera marina del tamaño de dos campos de fútbol desaparece, según los científicos. Estas especies de plantas acuáticas, como la Posidonia oceanica del Mediterráneo, son vitales para el buen estado de los ecosistemas marinos, el desarrollo de gran cantidad de especies marinas, como las de interés pesquero, o en la lucha contra el cambio climático. Este artículo señala que las praderas marinas desaparecen, explica por qué hay que salvarlas y detalla las iniciativas para conservarlas.

Las praderas marinas desaparecen

Las praderas marinas son unas plantas con hojas, flores y frutos (fanerógamas) que se extienden por alrededor de 600.000 km2 de los fondos marinos de todo el planeta, según la organización conservacionista WWF. Se pueden encontrar en la mayor parte de los océanos, aunque sobre todo en áreas con temperaturas templadas o cálidas y en aguas costeras claras y poco profundas.

A cada hora que pasa, un área de pradera marina del tamaño de dos campos de fútbol desaparece
Las especies de praderas marinas son muy diversas, si bien las más conocidas son las del Caribe y el Mediterráneo. En el primer caso la más popular es la Thalassia testuninum, más conocida como hierba de tortuga, mientras que en el segundo destaca la Posidonia oceanica.

Los científicos las consideran uno de los ecosistemas más amenazados del planeta. Más de una cuarta parte de su extensión global se ha destruido, señalan desde el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CSIC).

Richard Unsworth, científico de la Universidad galesa de Swansea, asegura que cada hora un área de pradera marina del tamaño de dos campos de fútbol desaparece: «La tasa de pérdida es igual a la que ocurre en las selvas tropicales y los arrecifes de coral, pero la atención que recibe es mucho menor».

Una pradera de Posidonia puede destruirse en segundos, pero su recuperación requiere varios siglos, debido a su lento crecimiento (dos centímetros al año) y a su escasa producción de semillas.

Las causas de esta desaparición son diversas: los vertidos orgánicos procedentes de basuras urbanas, agrícolas o navales, que producen una cantidad excesiva de nutrientes; las anclas de las embarcaciones, que perforan y arrastran la superficie donde se encuentran; las obras de infraestructura costera, como dragados del fondo o algunos puertos deportivos, que se construyen directamente sobre ellas; la invasión de algas foráneas, como la Caulerpa taxifolia, que pueblan desde hace varios años los fondos marinos mediterráneos; su eliminación al considerarlas un perjuicio estético para el turismo de playa; o el cambio climático, que altera las condiciones de su entorno.

Por qué hay que salvar a las praderas marinas

Los científicos señalan varias razones ambientales y económicas para evitar la destrucción de las praderas marinas:

  • Conservan en buen estado los ecosistemas marinos. Son básicas para la creación y el sustento de los arrecifes de coral, vitales para proteger el litoral de temporales y grandes mareas; contribuyen a cuidar la arena de las playas; y mantienen transparentes las aguas gracias a su gran capacidad para filtrar partículas en suspensión.
  • Son esenciales para las especies comerciales de pesca. Dos estudios publicados en las revistas científicas Marine Pollution Bulletin y Marine Biodiversity apuntan que muchos peces de consumo común, como el bacalao, el abadejo o el arenque, las utilizan como hogar para protegerse y reproducirse. Por ello, cuando desaparecen, las poblaciones de estas especies disminuyen en tamaño y cantidad.
  • Son el hogar de muchas especies marinas. Además de los comerciales, muchos animales encuentran morada en ellas, como estrellas de mar, erizos y numerosos tipos de peces que se alimentan de crustáceos, erizos, moluscos o gusanos.
  • Contribuyen a mitigar el cambio climático. Un estudio publicado en la revista Nature Geoscience asegura que almacenan el doble de dióxido de carbono (CO2) que los bosques templados y tropicales. A diferencia de los bosques terrestres, las praderas marinas pueden acumular en sus suelos depósitos de CO2 de más de un metro de espesor, de manera que pueden aumentar su volumen a lo largo de milenios. Además, generan una elevada producción de oxígeno.

Iniciativas para conservar a las praderas marinas

Cada vez más iniciativas se ponen en marcha para su conservación y recuperación, como la creación de áreas marinas protegidas en todo el mundo. La Unión Europea (UE) ha establecido diversos programas para su conservación, como «Life» o la «Red Natura 2000«, y la Directiva de Hábitats las considera un hábitat prioritario.

Las investigaciones científicas también contribuyen a conocer su estado de conservación y a utilizar las medidas más eficaces para su cuidado. Por ejemplo, Unsworth lidera el proyecto «Pradera marina« para intentar frenar su deterioro.

La creación de redes de voluntarios para su vigilancia y seguimiento, o la construcción de arrecifes artificiales y sistemas de protección, son también medidas emprendidas en lugares como la Región de Murcia.

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