Proponen que los turistas que visiten la Antártida paguen una «ecotasa»

Con este impuesto se financiaría la acreditación de guías y la creación de patrullas de vigilancia
Por EROSKI Consumer 4 de junio de 2009

Hace ya varios años que los viajes a la Antártida están de moda. Sin embargo, el crecimiento del turismo constituye una amenaza para los ecosistemas del continente helado, advierte la Asociación Internacional de Touroperadores de la Antártida. El estudio «Valoración del impacto del turismo sobre la Antártica», realizado por los investigadores Javier Benayas, de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), y Martí Boada, de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), propone una serie de medidas de control que minimizarían el peligro.

Así, el trabajo, presentado por la Fundación Abertis y el Ministerio de Ciencia e Innovación, recomienda acreditar guías, inspeccionar barcos y organizar patrullas de vigilancia, soluciones todas ellas financiables si se establece una tasa de entre 10 y 100 dólares por viajero.

Y es que los grupos de turistas «abandonan los recorridos balizados, usan bastones, se dispersan y acaban por crear senderos nuevos y destruyen las praderas de musgos y líquenes», comentó Benayas. Además, cada uno de esos turistas genera cuatro toneladas y media de CO2, la mitad de emisiones que produce un español al año, apuntó el científico.

Benayas advirtió también sobre las bases científicas que tienen desplegadas allí países como China, Estados Unidos o España, que generan mayor impacto sobre el terreno que los 50.000 visitantes anuales que recibe la Antártida. Ello se debe a que los paquetes turísticos no duran más de 10 días y a que al tratarse de grandes cruceros -más de 3.000 personas- los descensos a tierra de sus pasajeros son puntuales, explicó el investigador.

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