Reciclaje solidario de tapones de plástico

Recoger tapones de plástico para su reciclaje es una pequeña acción que hace mucho por otras personas y el medio ambiente
Por Alex Fernández Muerza 9 de octubre de 2013
Img tapones

El éxito de algunas campañas de reciclaje solidario de tapones de plástico ha contribuido a que sean más numerosas y diversas. Y es que una pequeña acción como la de reciclar un tapón usado puede hacer más de lo que parece por otras personas y el medio ambiente. Este artículo explica por qué ayudar a reciclar tapones de plástico y cómo hacerlo bien, además de señalar los posibles timos y cómo evitarlos.

Por qué ayudar a reciclar tapones de plástico

El reciclaje solidario de tapones de plástico suele impulsarse por familias con hijos como Idaira, Iker, Sara, Sonia, Alba, Sergio, Lola, Adrián o Ainhoa, cuyas enfermedades raras o discapacidades requieren de un costoso tratamiento o inversión que no está a su alcance. Uno de los casos de éxito más conocidos es el de Aitana, una niña con una cardiopatía congénita que consiguió los 135.000 euros necesarios para operarse en Boston (EE.UU.).

Las empresas de reciclaje pagan entre 200 y 300 euros por tonelada de tapones entregada
En otros casos, se promueve desde una misma ONG, como la asociación vitoriana Aitzina, para ayudar a enfermos de ataxia; la Asociación de Ocio para Discapacitados Intelectuales (AODI) de Alicante para mantener sus actividades; la Fundación Música Creativa para seguir con su taller musical de niños en riesgo de exclusión social; o la protectora Defensa Animal Palentina para sacar adelante a sus animales acogidos.

La conciencia solidaria y ambiental de los ciudadanos siempre responde, y el boca a boca, las redes sociales o los medios de comunicación contribuyen a su difusión, aunque a veces no es suficiente. Una de las cuestiones más difíciles es la ubicación de los puntos de recogida y el transporte hasta la empresa recicladora. Algunas instituciones, como el Ayuntamiento de Alcalá de Henares, empresas, como Seur, o universidades, como la Universidad Autónoma de Madrid, han ayudado a estas iniciativas.

Cómo reciclar bien los tapones de plástico

Las campañas suelen organizarse con puntos de recogida en lugares visibles. Cualquiera en su trabajo puede ubicar una caja o un recipiente con la información concreta.

Los tapones válidos son de polietileno o polipropileno, que llevan el símbolo de reciclaje 2 o 5. Si no llevan dichos símbolos, es mejor no depositarlos porque es probable que no sean reciclables. Si al apretar se rompen en trocitos, o son de un plástico muy blando y fino, tampoco sirven, al igual que los corchos sintéticos, que son de otro material. Las posibilidades son muy variadas: tapones de botellines de agua, de detergente, de tetrabriks, de botellas de aceite, etc. El blog Feliz con poca cosa ofrece un exhaustivo listado de tapones que pueden recogerse.

El sistema de reciclaje es esencial para cerrar este círculo ecológico y solidario. La vitoriana Escor, la palentina Magonsa, la vizcaína Bilboplastik, la ecijana Interplasa o la madrileña Ballester de Plásticos son algunas de las empresas colaboradoras que gestionan estos residuos. Sus responsables pagan entre 200 y 300 euros por tonelada entregada.

Los tapones, una vez tratados por dichos gestores, sirven para que otras empresas recicladoras fabriquen granza, una materia prima para elaborar nuevos productos, como cajas, revestimientos o aislantes. El reciclaje cumple así su función ecológica de ahorrar materiales y energía, reducir las emisiones contaminantes y de dióxido de carbono (CO2) o la acumulación de residuos en vertederos. Los tapones son un buen elemento para reciclar, ya que su plástico tiene la suficiente calidad para reutilizarse, son más sencillos de transportar que otros residuos, y es normal que vengan más limpios y ya clasificados, de manera que los costes de su tratamiento se reducen.

Cuidado con los timos y cómo evitarlos

Algunos timadores han intentado aprovecharse del espíritu solidario y ecológico de estas iniciativas. Diversos diarios han informado de distintas formas de operar de los estafadores.

La Nueva España‘ publicaba el caso de Nati, una niña de Luanco (Asturias) con una enfermedad rara. Su abuelo apuntaba a una mujer que vendía papeletas por el concejo para supuestamente recaudar dinero. El familiar de la pequeña recalcaba que solo piden tapones.

Las Provincias‘ recogía la historia de Alba, una niña de Torrent (Valencia) con espasticidad severa, ceguera y parálisis cerebral. Su padre denunciaba una página en Facebook idéntica a la oficial de la familia, salvo por los cuatro últimos dígitos de la cuenta bancaria.

El Periódico de Extremadura‘ publicaba sobre Lucía, una niña de Mérida que necesitaba una silla de ruedas. Tras conseguir 2.000 kilos de tapones, la familia denunciaba que la empresa que se había comprometido a pagarles al final no lo hacía.

Para evitar en lo posible estos timos, se ofrecen los siguientes consejos:

  • Explicar bien en las campañas de recogida quién es el beneficiario y la empresa (con datos de contacto) que reciclará los tapones. Llamar o escribir un correo electrónico o alertar a las autoridades si se desconfía.
  • Por lo general, se piden tapones. Si alguna campaña o persona pide dinero, conviene desconfiar. No obstante, algunas familias, además de tapones, piden dinero como forma extra de ayuda. En este caso, es conveniente informarse bien antes de hacer cualquier ingreso.

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