Tigres en peligro de extinción

Quedan menos de 4.000 ejemplares salvajes en todo el mundo y tres subespecies ya se han extinguido debido al tráfico ilegal y la destrucción de su hábitat
Por Alex Fernández Muerza 30 de junio de 2008
Img tigre listado

El tigre (“Panthera tigris”) es el auténtico rey de la selva. Su enorme tamaño – es el félido más grande del mundo, capaz de alcanzar los 300 kilos de peso – y ferocidad carnívora hacen temblar al resto de animales de la jungla. Sin embargo, el ser humano le ha destronado hasta llevarle al borde de la extinción: quedan entre 3.000 y 4.000 tigres en estado salvaje en todo el mundo, mientras que en cautividad su número oscila entre 15.000 y 20.000 ejemplares.

En su época dorada, el tigre cubría la mayor parte de Asia, desde el extremo oriental de Rusia a Turquía, mientras que hoy en día se encuentra en zonas aisladas de este continente. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la mayor población está en la India, y ahora se calcula en unos 1.400, lo que representa un declive del 60% si se compara con la estimación precedente de hace tres o cuatro años. Y ello, a pesar de los esfuerzos de conservación de este país, que ha creado nuevas reservas específicas para tigres. Esta organización asegura que hace un siglo el territorio indio era la morada de unos 40.000 tigres.

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Asimismo, de las ocho subespecies de este felino ya sólo quedan cinco, puesto que los tigres de Java, Bali y del Caspio se han extinguido, mientras que la subespecie del sur de China sólo vive en zoos. La situación es tan difícil que, según Rahul Kahul, director del Fondo de Especies Salvajes, de seguir la actual dinámica, el tigre «desaparecerá en 15 o 20 años«.

Si continúa la actual dinámica, el tigre desaparecerá en 15 ó 20 años
En cuanto a los que aún sobreviven, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) recuerda en su lista roja que se encuentran en una situación de grave peligro. Por ejemplo, el tigre de Amoy o del Sur de China, cuenta únicamente con 70 ejemplares en los zoos chinos; del más grande de las cinco subespecies que aún sobreviven, el tigre siberiano (conocido también como de Amur o de Ussuri), tan sólo quedan en estado salvaje unos 400 en Rusia, 20 en China y ninguno ya en Corea; en cuanto al tigre de Sumatra, se cree que tan sólo quedan unos 400 ejemplares.

Causas de su disminución

La caza furtiva, la destrucción de su hábitat y la disminución de sus presas por el ser humano son las principales causas de esta situación. En China, a pesar de que su comercio está prohibido desde 1993, sigue siendo una codiciada pieza, especialmente por su piel y sus huesos, muy apreciados en la medicina tradicional china.

Según la fundación Save The Tiger, un puñado de hueso pulverizado puede llegar a valer unos 65 euros, mientras que por las pieles rayadas se ha llegado a pagar en el Tíbet y Rusia más de 60.000 euros. Por su parte, la organización Traffic asegura que, en el mercado chino, un tigre muerto puede valer varios miles de euros. Asimismo, también se paga bien por los testículos, al pensar que son afrodisíacos, y las patas, en la creencia de que dan suerte.

ImgImagen: me51ahEn cuanto a la destrucción del hábitat, los responsables de Traffic aseguran que este fenómeno es especialmente visible en el sureste asiático, en países como Indonesia y la Malasia peninsular.

En este sentido, la deforestación está cercando la morada de estos animales: según John Seidensticker, director del Zoo Smithsoniano, los tigres ocupan apenas el 7% de su territorio inicial, tras sufrir una disminución de 40% en su hábitat sólo en los últimos diez meses. Asimismo, el crecimiento económico hindú ha supuesto una rápida urbanización e industrialización que también ha afectado a estos grandes felinos.

Cómo evitar su extinción

Una de las vías para hacer frente a su disminución es la lucha internacional contra el tráfico ilegal de especies. Los responsables de Save The Tiger aseguran que se trata del mayor obstáculo para la conservación de la vida salvaje en Asia, ya que combatirlo no es una prioridad. Los consumidores también pueden contribuir a paliar este problema, evitando la adquisición de estas especies y denunciando estas actividades a las instituciones responsables.

Los programas de recuperación y conservación, tanto del hábitat como de las propias especies, son otra de las acciones fundamentales que se deben llevar a cabo. Por ejemplo, WWF y la Sociedad para la Conservación de la Naturaleza han identificado 76 parajes naturales considerados por los científicos como las mejores áreas para acoger en el futuro a más tigres de manera viable. Por su parte, países como China y la India llevan a cabo diversos programas de cría en cautividad.

Asimismo, actores famosos como Harrison Ford, Bo Derek o Robert Duvall han dado su apoyo público a la «Iniciativa de Conservación de Tigres». Recientemente puesta en marcha por el Banco Mundial, reúne a expertos en conservación, científicos y responsables institucionales para luchar contra la extinción de estos félidos. Asimismo, esta organización internacional prevé organizar un «Año del tigre» en 2010.

No obstante, esta iniciativa ha sido cuestionada por asociaciones hindúes de defensa de los tigres, que reprochan al Banco Mundial su participación en proyectos en India que dañaron la fauna y la flora, como la construcción de carreteras.

La ciencia también puede ayudar

ImgImagen: Justyna FurmanczykLos avances científicos también pueden ser de gran ayuda. Un equipo de la Universidad de Melbourne ha extraído genes del extinto tigre de Tasmania y lo ha reproducido en el cuerpo de un ratón. De esta manera, se abre la esperanza a la posible clonación de esta especie, si bien los investigadores reconocen que para ello todavía queda un largo camino por recorrer.

Asimismo, los programas de fecundación in vitro y de investigación del ADN para frenar la degeneración de la especie por el escaso número de ejemplares están produciendo también buenos resultados, como en el parque Henghedaozi de China.

Por otra parte, un grupo de científicos internacionales ha estudiado la ascendencia genética de los tigres en cautividad, y ha descubierto que un buen número de ellos pertenece a subespecies de pura raza. Por ello, sostienen, estos animales podrían ser muy importantes para la supervivencia de sus congéneres en libertad.

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