Más de 8.700 conductores, denunciados por usar el teléfono móvil mientras conducían

En lo que va de año, la distracción al volante ha causado 93 accidentes mortales de carretera en los que han muerto 99 personas
Por EROSKI Consumer 24 de marzo de 2012

Durante los 14 días de duración de la campaña de control y vigilancia de las distracciones al volante (del 5 al 18 de marzo), los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil controlaron casi 855.000 vehículos y formularon 10.889 denuncias por realizar acciones que suponen una distracción en la conducción. Del total de denuncias impuestas, 8.711 (el 80%) correspondieron a la utilización manual del teléfono móvil.

Según diversos estudios, el uso del teléfono móvil «es un factor que multiplica por cuatro el riesgo de sufrir accidentes y el riesgo que asume el conductor cuando habla por el teléfono mientras conduce puede ser equiparable a la conducción con excesos de alcohol», recordó el Ministerio del Interior. Hasta el 21 de marzo se han producido 244 accidentes mortales en carretera, de los cuales, la falta de atención ha estado presente en 93 en los que han fallecido 99 personas (el 38% del total).

Además de controlar el mal uso del teléfono móvil durante la conducción e informarles de la infracción que cometían, los agentes también han vigilado que los conductores no manipularan el navegador mientras conducían, distracción equiparable a hablar por el teléfono móvil. Por este motivo, 123 conductores fueron denunciados por programar o manipular el navegador durante la conducción.

Se han vigilado de igual modo otras conductas que provocan distracción como la utilización de cascos o auriculares conectados a receptores o reproductores de sonido distintos del teléfono móvil. En total, se impusieron 416 denuncias por hacer uso de estos dispositivos. Además, otros 1.639 conductores fueron denunciados por otras infracciones que provocan distracción en la conducción.

Por otra parte, durante la campaña de la DGT se ha constatado el uso del dispositivo «manos libres» por parte de los conductores. En esta ocasión, el 25% de los conductores de los vehículos detenidos hacía uso de este dispositivo. Su uso, pese a estar permitido, provoca la pérdida de la capacidad de concentración necesaria para conducir, de tal modo que no se mantiene una velocidad constante, el tiempo de reacción es mayor o la distancia de seguridad no es suficiente, indica la DGT.

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