Cuando la víctima está inconsciente, no respira por sí misma ni tiene pulso espontáneo, sufre un paro cardíaco. En este caso habrá que proceder a una reanimación cardiopulmonar. Cruz Roja establece las pautas que vemos a continuación:
–Para conseguir que el corazón bombee sangre de nuevo, hay que presionar con las dos manos en centro del pecho, sobre el esternón y hacerlo quince veces.
–Realizar la respiración artificial, como se describe en el segundo artículo de esta serie. Hacer dos respiraciones seguidas.
–Repetir la operación hasta que llegue la ayuda (15 compresiones y dos respiraciones) y procurar mantener la cadencia a un ritmo de cien compresiones por minuto.
En caso de hemorragias, el objetivo es detener la pérdida de sangre y evitar que el herido pierda la consciencia ante la falta de riego. Hay que proceder del modo siguiente:
1.Sentar o tumbar a la víctima en el suelo si está fuera del vehículo. Si sufre un desvanecimiento, una caída al suelo podría generar más lesiones.
2.Presionar con fuerza la herida durante diez minutos, con un apósito sobre la zona y elevar la extremidad afectada.
3.Si la hemorragia no cesa, apretar con la otra mano la arteria principal de la extremidad.
4.Si se sabe hacer, utilizar un vendaje compresivo.
5.Elevar las piernas del accidentado.
6.Abrigarle, para evitar la pérdida de calor.
Los cursos de primeros auxilios en carretera que imparten Cruz Roja, DYA y otras instituciones son muy útiles. Lo comprobaremos si un día nos encontramos ante un accidente.
