La Conferencia Mundial del Sida que se celebra en Barcelona sigue dando malas noticias a los afectados. Una de las novedades que con más ilusión se esperaba de la cumbre era la confirmación de que, por fin, iba a darse carta blanca a las «vacaciones terapéuticas». Pero la posibilidad de interrumpir el tratamiento durante un tiempo y dar un respiro a la medicación contra el virus resulta todavía inviable. «¿Debemos hacerlo? De momento, no. Tendremos que esperar a tener más datos para tener plenas garantías», señaló el investigador norteamericano Michael Saag.
El científico de la Universidad de Alabama (EE.UU.) explicó al auditorio que existen aún varios problemas que impiden autorizar esta idea. En los últimos años, múltiples experiencias habían demostrado que las defensas del organismo aumentan al suspenderse la terapia unos días, aunque pasado ese tiempo volvían a caer. Surgió así la idea de las «vacaciones terapéuticas».
Terapia intermitente
La idea consistía en realizar los tratamientos durante semanas intermitentes, lo que se vería favorecido por las mejoras que se están dando en la medicación. Sobre el papel, la iniciativa no sólo permitía estimular el sistema inmunológico, sino evitar una mayor toxicidad a los infectados y ahorrar dinero. Pero no es posible porque, pasada una semana, «el virus rebrota, se hace más fuerte y resulta peor el remedio que la enfermedad», aseguró Saag.
El investigador estadounidense tuvo peores noticias para los afectados. Según dijo, la mayoría de los pacientes inicia demasiado tarde el tratamiento antirretroviral. Llega tan tarde al hospital que para cuando lo hacen han perdido ya varios años de vida. El experto aportó además datos que demuestran que es necesario iniciar cuanto antes las terapias, no sólo por motivos humanos, sino también económicos.
La medicación antirretroviral genera en Estados Unidos el 85% del gasto en un paciente seropositivo, una realidad que en este ámbito resulta comparable con la de España. Un estudio realizado en la clínica en la que trabaja Saag demostró que el coste del tratamiento por paciente se sitúa en unos 14.000 euros si la terapia se inicia cuando el nivel de células del sistema defensivo que permanecen sanas supera las 350 sobre mil. Si se actúa por debajo de ese nivel, la terapia obliga a un gasto medio anual de 34.000 euros.
Asimismo se habló de las enfermedades asociadas al VIH como la hepatitis, que afecta especialmente a personas que se contagiaron por vía parenteral como drogodependientes, y cuyo tratamiento es ahora el gran reto de los médicos. Las 24 enfermedades relacionadas con el sida se desatan cuando apenas quedan 200 linfocitos CD-4.
