Alcanzado un acuerdo para que los países en desarrollo accedan a fármacos más baratos

Podrán importar genéricos al margen del sistema de patentes, pero sólo en caso de emergencia
Por EROSKI Consumer 31 de agosto de 2003

Tras varios encuentros y desencuentros, los 146 países que integran la Organización Mundial del Comercio (OMC) llegaron ayer por fin a un acuerdo que garantiza el acceso de los países pobres a medicamentos genéricos, más baratos que los de marca comercial. El consenso se logró en Ginebra (Suiza), después de que los países del grupo africano hicieran el pasado viernes un llamamiento desesperado para no aplazar una decisión que se arrastra desde la Conferencia Ministerial de Doha (Qatar) del año 2001. En aquella cita, la OMC reconoció la necesidad de promover el acceso a medicamentos esenciales en una declaración en la que primaba la salud pública frente a intereses comerciales.

El director general de la OMC, Supachai Paniptghpakdi, no dudó en calificar de «acuerdo histórico» el texto consensuado y que se presentará en la reunión ministerial de Cancún (México) el próximo 10 de septiembre. El acuerdo era casi un hecho en diciembre pasado, pero Estados Unidos lo bloqueó en el último momento por la presión de sus laboratorios.

La solución alcanzada, pactada previamente entre Estados Unidos, Kenia, Brasil, La India y Sudáfrica, ha buscado un equilibrio entre los intereses de la industria y las necesidades de los más desfavorecidos. Países que están amenazados permanentemente por crisis sanitarias y no poseen recursos suficientes para comprar los fármacos necesarios ni la capacidad de fabricar copias de medicamentos para reducir costes. Esa crisis de acceso a medicamentos afecta especialmente a los tratamientos antirretrovirales para el sida, y a una amplia gama de fármacos con los que se podría tratar la mayoría de las enfermedades endémicas de los países en vías de desarrollo. Infecciones respiratorias agudas, diarrea, las enfermedades de transmisión sexual y la tuberculosis, representan una amenaza tan seria como el propio sida.

Las nuevas reglas comerciales aprobadas por la OMC mejoran sustancialmente la situación actual. Permitirán a los países sin capacidad farmacéutica propia importar genéricos fabricados al margen del sistema de patentes, que en algunos casos no permiten la producción de una copia de un fármaco hasta veinte años después de su creación. Aunque la flexibilización del sistema de patentes tiene también matices. El más importante es que sólo se podrá recurrir a esta posibilidad en situaciones de emergencia nacional o en otras circunstancias de extrema urgencia. También establece que los medicamentos importados bajo este sistema sólo puedan destinarse a fines humanitarios y no a objetivos comerciales o industriales.

Para proteger los intereses de los laboratorios, Estados Unidos ha logrado que el texto incluya una serie de limitaciones para impedir que la flexibilización del sistema provoque una invasión de medicinas libres de cargas en los países más desarrollados. Una de esas limitaciones es la utilización de empaquetados o distintivos especiales, para evitar el desvío de estos productos a terceros mercados. Pero algunos organismos ya han anunciado que este empaquetado especial puede que encarezca el precio final del fármaco.

Europa, Estados Unidos, Australia, Canadá y Nueva Zelanda se han comprometido oficialmente a no utilizar el nuevo mecanismo legal para comprar genéricos. Sólo los candidatos a formar parte de la Unión Europea advirtieron de que podrían utilizarlo mientras no sea efectiva su adhesión a la norma comunitaria.

Otros países en vías de desarrollo, como México, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Singapur, Turquía y Corea del Sur, además de Taiwán y los territorios chinos de Hong Kong y Macao, importarán también medicamentos genéricos al margen del sistema de patentes en casos de extrema urgencia o de emergencia nacional.

Tanto el representante de la Unión Europea, Pascal Lamy, como el de Estados Unidos, Robert Zoellick, aplaudieron el acuerdo por tratarse de «un gran paso hacia delante para los países pobres». Zoellick insistió en la importancia de haber encontrado un equilibrio entre las necesidades de los más desfavorecidos, «asegurando la protección de la propiedad intelectual que garantiza el desarrollo futuro de medicamentos vitales».

Las ONG´s, por su parte, no se han mostrado muy de acuerdo con el nuevo texto. Tanto para Médicos Sin Fronteras (MSF) como Intermón Oxfam, el acuerdo alcanzado es una «solución inviable». En un comunicado conjunto ambas organizaciones aseguran que el acuerdo consensuado por la OMC ha sido diseñado para tranquilizar a Estados Unidos y a la industria farmacéutica occidental. «Desgraciadamente, tranquiliza poco a los pacientes de los países pobres porque los derechos internacionales sobre patentes seguirán aumentando los precios de los medicamentos», dicen.

Para Médicos Sin Fronteras, la intención original de las conversaciones era facilitar el acceso a medicamentos genéricos a los países en desarrollo. Sin embargo, cree que el acuerdo ha levantado nuevos obstáculos políticos, económicos y legales para asegurar la producción y exportación de medicamentos genéricos en el futuro. «Las propuestas que Estados Unidos insistió en añadir aportan más inseguridad y dejan a los países en desarrollo sin alternativas y sin fuerzas para presionar», asegura.

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