Alertan de los peligros de consumir sin receta un antidepresivo para dejar de fumar

En Gran Bretaña relacionan el consumo de este fármaco con 35 muertes
Por EROSKI Consumer 20 de enero de 2002

La evolución de los pacientes que lo han tomado demuestra su eficacia, pero tomarlo sin prescripción médica puede acarrear graves problemas de salud. Muchos fumadores consumen un antidepresivo cuyo principio activo es el bupropión, más conocido por sus dos nombres comerciales: Zyntabac, de la compañía Glaxo Welcome y Quomen, de los laboratorios del Doctor Esteve. El primero ha sido relacionado por la Agencia para el Control de Medicamentos de Gran Bretaña con la muerte de 35 personas.

Antidepresivo y deshabituante del tabaco. La lista de contraindicaciones, precauciones, reacciones adversas y condiciones especiales de consumo del Zyntabac ocupa casi seis folios. Entre los efectos secundarios se cuentan convulsiones, vómitos, problemas de insomnio o ansiedad. A pesar de todo, especialistas en conductas adictivas y algunos farmacéuticos de Alicante advierten de que a veces se dispensa este medicamento realizado a base de bupropión sin demandar la prescripción médica necesaria.

Consumir el producto sin control médico puede conllevar efectos secundarios altamente desagradables. No hay que olvidar que «es un medicamento que afecta al sistema nervioso central y que puede interferir en el estado de salud», señala Jaime Carbonell, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Alicante.

Para el doctor Alberto Sancho, coordinador de la Unidad de Conductas Adictivas de la zona 18 de Alicante, aunque falta rigidez en las farmacias a la hora de exigir las recetas de Zyntabac, su elevado precio y sus resultados a largo plazo retraen su consumo. «Es discretamente euforizante, por lo que crea menos adicción, y a corto plazo provoca cierto malestar». Sin embargo, no es un medicamento «extremadamente peligroso».

Más de un auxiliar de farmacia reconoce que «mucha gente no quiere tomarlo por temor a las contraindicaciones». Los más responsables, como el titular Francisco García, remiten al médico a todo aquel interesado por el bupropión. A veces, incluso con prescripción facultativa se han sufrido efectos secundarios negativos, como es el caso de dos jóvenes «que estuvieron con convulsiones y una crisis de ansiedad muy fuerte tras las primeras tomas del medicamento», señala Conchi auxiliar diplomada de farmacia.

Según los especialistas, antes de consumir el bupropión es imprescindible contar con el visto bueno del médico, tras llevar a cabo un minucioso examen del estado de salud del paciente. Sin embargo, mientras en unas farmacias se exige la receta de forma inflexible, en otras se vende sin prescripción facultativa «igual que un Clamoxil», señala la auxiliar de una botica del centro de Alicante. El colegio de farmacéuticos negó que se expendiera sin control.

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