Cirugía estética de genitales

La cirugía estética de genitales externos, tanto masculinos como femeninos, es cada vez más demandada
Por Clara Bassi 26 de junio de 2007

Las intervenciones para mejorar la estética de los genitales son cada vez más solicitadas tanto por hombres como por mujeres. Habitualmente son operaciones sencillas, rápidas y cuyo principal beneficio es el bienestar psicológico de las personas que se someten a ellas. Pero como no están exentas de riesgos, como cualquier acto quirúrgico, es crucial que las practiquen cirujanos expertos. La información relativa a estas operaciones empieza a fluir y el tabú asociado a ellas va mermando lentamente, dicen los expertos.

Cirugía al alza

Cirugía al alza

En los últimos años, aunque no puede hablarse de que haya habido un crecimiento espectacular de cirugía estética de genitales externos, sí que se percibe una tendencia progresiva al alza. Cada vez hay más mujeres y hombres que se informan y se someten a ellas, rompiendo poco a poco el tabú que se les asocia, explica el cirujano plástico Juan Monreal, secretario general de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (AECEP).

Las requieren el mismo número de hombres y mujeres, aunque ellas suelen quedar más satisfechas con el resultado. Y, aunque no se han realizado estudios sociológicos sobre el perfil de pacientes, Monreal afirma que es «muy heterogéneo»: mujeres a partir de 25 años que ya están en el mundo laboral, tienen cierto poder económico y a las que les gusta cuidarse; hombres y mujeres maduros que desean seguir siendo atractivos; varones jovencitos, «algo traumatizados» con la apariencia de sus genitales; y homosexuales, aunque no son la mayoría.

Razones para operarse

Sector masculino y femenino tienen razones distintas para someterse a la cirugía de genitales externos (los internos corresponden a otros profesionales como ginecólogos y urólogos). Las mujeres recurren a este tipo de intervención no sólo por motivos funcionales (para evitar molestias más o menos intensas durante las relaciones sexuales) sino también por higiene o descontento con la apariencia de sus genitales. Un motivo de queja habitual, a este respecto, es que los labios menores sobrepasan a los mayores.

El motivo de intervención más habitual en mujeres es el tamaño de los labios menores y el de los hombres el del pene

Estos situaciones se traducen en un golpe a su autoestima, acompañada de vergüenza en los encuentros sexuales con su pareja. Por eso, Ramón Vila-Rovira, cirujano plástico y estético del Instituto Vila-Rovira y el Centro Médico Teknon de Barcelona, afirma que estas operaciones también pueden resolver problemas psicológicos de los individuos o de la pareja.

En el caso de los hombres pesa el estigma de hace décadas según el cual «el tamaño es importante», dice Monreal. La queja habitual entre el colectivo masculino insatisfecho con su pene es que no tiene la longitud adecuada y que su diámetro es estrecho. Sobre ello, Monreal opina que la sociedad actual es muy exigente y que tanto los anuncios como las conversaciones en círculos de amistades suelen recordarlo. Esto hace que cualquier persona susceptible llegue a pensar que su tamaño es inferior a la media cuando, posiblemente, se halla dentro de la normalidad. Muchas veces estos hombres están casados e, incluso, han tenido hijos.

El complejo, como ocurre con las mujeres, no les sobreviene con su pareja sino al desvestirse en un gimnasio, apunta Monreal. Actualmente, se considera que un tamaño de pene normal se sitúa en torno a los 8 u 8,5 centímetros en situación de flaccidez y entre los 13 y 14 centímetros durante la erección. Monreal comenta que, cuando se les informa de ello, muchos varones se asombran ya que acuden a la consulta médica convencidos de que la medida normal debe ser mucho mayor.

Intervenciones más frecuentes

Intervenciones más frecuentes

Las operaciones más frecuentes de los genitales femeninos son la corrección estética del Monte de Venus, del clítoris (clitoroplastia) y, sobre todo, de los labios genitales (labioplastia) para que los mayores oculten a los menores, imitando la zona genital de una adolescente. ¿Por qué? Porque en el 80% de los casos, las mujeres buscan rejuvenecer el aspecto de sus genitales y recobrar el aspecto del área genital de una adolescente, según Monreal. Con la misma intención de darle un aspecto más juvenil en esa zona íntima, también piden el trasplante de vello en la zona púbica. La cirugía genital femenina se suele realizar aplicando anestesia local y sedación.

Una opción para agrandar el tamaño del pene consiste en la sección del ligamento suspensorio que lo sujeta al pubis

En los hombres, además de las intervenciones para agrandar el pene (faloplastias) y el rejuvenecimiento escrotal y implante de prótesis de testículos también se corrigen las secuelas de fimosis o de frenillo corto. El alargamiento y ensanchamiento del pene puede efectuarse a la vez, con distintos métodos. Una opción es utilizar un aparato extensor pero que tiene como principal handicap que se debe llevar durante ocho horas al día y que requiere una gran colaboración por parte del paciente.

La otra opción es un tipo de cirugía que consiste en la sección del ligamento suspensorio que sujeta el pene al pubis. «Como ocurre con las amígdalas, es una parte del cuerpo humano que puede ser prescindible. En realidad, no alargamos el pene, sino que liberamos o exteriorizamos una porción de éste que está dentro del pubis», desvela Monreal. Estas cirugías de los varones se ejecutan con anestesia epidural (la misma que se utiliza en los partos). En ciertos casos, se combinan la aplicación del extensor y la cirugía. Y, en promedio, el pene se consigue alargar unos 3 centímetros, según Monreal.

Cambio de sexo

Además de embellecer genitales femeninos y masculinos, los cirujanos plásticos también llevan a cabo intervenciones para corregir los genitales ambiguos y de cambio de sexo. Todas estas cirugías de reorientación de la identidad sexual se efectúan de acuerdo a rigurosos protocolos internacionales.

En estos casos es necesario aplicar tanto un tratamiento preparatorio hormonal como psiquiátrico que se prolonga casi dos años. Ambos tratamientos son imprescindibles antes de realizar una intervención de cambio de sexo, que puede llegar a ser irreversible, según información de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).

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